Desde que fue construido hace 48 años, el hotel de Agua Hedionda, ahora llamado Termas de Huaco, nunca funcionó. Esto es a pesar de los numerosos intentos de varias gestiones por activarlo. Ahora el Gobierno está encarando otro intento y está cada vez más cerca de llamarse a licitación para ponerlo a punto. El expediente sobre los detalles técnicos del hotel que está camino a Huaco ya está en Asesoría Letrada de Turismo, donde están ultimando los detalles para el llamado a licitación y su posterior concesión, tal como sucedió el año pasado con la ex Villa Paolini, en Rodeo.
El edificio, cuya historia parece estar maldita, fue construido por el Estado en 1962 durante el gobierno de Leopoldo Bravo. Pero no funcionó porque tenía inconvenientes en el diseño. Es que las habitaciones son muy chicas y los baños termales no son apropiados para su uso. Todo esto es lo que deberá remodelar quien se haga cargo de la concesión. Además habrá que implementar un sistema térmico para subirle la temperatura al agua termal, ya que es bastante más fría que la de Pismanta. Y si bien hay una caldera, no funciona porque es muy vieja.
Durante años, este lugar estuvo abandonado y sufrió destrozos de todo tipo. Sacaron los pisos, las tejas del techo y todas las aberturas internas, al igual que los sanitarios. Ahora el hotel está custodiado por personal de Arquitectura. Además de las bondades de las aguas termales, el lugar cuenta con un paisaje imponente ya que se encuentra en la Cuesta de Huaco. La pavimentación de la ruta que une Huaco con Jáchal le da un plus al lugar, que en un futuro estará conectado con Ischigualasto.
Que este hotel estatal abra sus puertas es importante porque además de generar una actividad económica y mano de obra para la construcción, significará un aporte más al turismo local ya que se incrementarán las plazas hoteleras. Aunque querían licitarlo el año pasado, por problemas administrativos, esto se demoró. Según Dante Elizondo, secretario de Turismo, las condiciones de concesión de este hotel serán similares a las aplicadas en la ex Villa Paolini. Es decir que se lo concesionará por 20 años, con la opción de una extensión de 5 años más.
Uno de los intentos de apertura más llamativos ocurrió en el 2004, cuando monjes tibetanos se interesaron en el lugar, y querían hacer un centro de medicina oriental, pero no prosperó. Previo a esto, varios gobiernos prometieron su privatización, cosa que nunca sucedió. Durante el gobierno de Carlos Gómez Centurión se licitó el arreglo del hotel, para dejarlo en condiciones. Las refacciones se hicieron, pero nadie llegó a disfrutarlas ya que fue nuevamente olvidado, aunque esta vez nombraron caseros para que cuidaran el edificio y no fuera destruido de nuevo.
En 1989 la hostería fue incluida en el paquete privatizador junto con el ex Nogaró y el Pismanta, pero fue excluida de la terna a último momento sin que se dieran razones para esta decisión. Otro intento que no tuvo éxito fue el de vender el establecimiento a un gremio local, UPCN. En julio de 1998 se licitó la venta de la hostería con una base mínima de $90.000, y junto con la oferta los interesados tenían que presentar un plan de inversión y mejoramiento del edificio. Por entonces el Gobierno y el Ente Provincial de Turismo habían acordado cambiarle el nombre de Hostería de Agua Hedionda por Hostería de Huaco, "un nombre más agradable para el oído del turista", dijeron. En noviembre del mismo año la comunidad huarpe reclamó a las autoridades de la provincia la entrega de la hostería para su explotación. Y hasta hubo un proyecto de ley para donar esas tierras a la comunidad huarpe que no fue aprobado.
En diciembre de 1998, el Gobierno postergó la licitación a pedido de las tres firmas que habían pedido informes, ya que necesitaban más tiempo para completar el proyecto de inversión. La fecha fue trasladada al 23 de febrero de 1999, pero nadie se presentó. Ahora desde el Gobierno dicen que quieren llamar a licitación lo antes posible, pero no dieron una fecha exacta.
