En la casa en la que vivía Adolfo ‘Gogo’ Ruiz (51) la esperanza empezó a tambalear. Hoy, cuatro años después de que ese empleado público con una pequeña flota de camiones desapareciera luego de ver a su dentista en Caucete, su familia aún espera que esté vivo, pero ya se van haciendo a la idea de que tal vez la vida ya no acompañe al jefe de hogar.
‘Ya no sabemos qué pensar. Tenemos la esperanza de que esté vivo pero pasó tanto tiempo que uno ya empieza a pensar otra cosa. Desde la Policía y el Gobierno no nos han dado ninguna novedad y a nosotros nos gustaría saber algo, porque nos carcome saber qué pasó con él’, dijo ayer Cruz Llanos, la esposa de Ruiz.
‘Gogo’, así le llamaban sus amigos, era empleado en la Dirección de Arquitectura. Pero además tenía algunos camiones que los alquilaba para la recolección de residuos en Caucete o para la cosechas. Hoy sus dos hijos siguen con ese negocio, pero con varias limitaciones porque hay poco trabajo, explicó ayer Llanos.
Sobre el destino que corrió Ruiz, los pesquisas sólo tienen suposiciones. El único dato certero es que aquella noche visitó a su dentista porque el olfato de un perro de la Policía se clavó invariablemente en el consultorio de la profesional.
Pero luego toda pista parece condenada al misterio. Para salir de esa incertidumbre el Ministerio de Gobierno ya ofreció una recompensa de $100.000 por datos fidedignos para esclarecer el hecho, pero hasta la fecha nadie aportó información certera.
Y así, el caso parece encaminarse a tener el mismo destino que otros tantos en la provincia, incluido el que quizá sea el más emblemático de todos: la desaparición del ingeniero Raúl Félix Tellechea, ocurrida el 28 de septiembre de 2004.
