La Renault 6 de la comerciante Laura Teresa Perelló era más que un auto. Para la mujer y sus cuatro hijos era como un miembro más de la familia por tres razones: porque se lo regaló el papá de Laura en 2005, porque por su economía la mujer pudo salir adelante cuando rearmaba su vida apenas se divorció y porque ahora era una herramienta clave para la hija menor de Laura, Marisol, que estudia Higiene y Seguridad y la usaba para ir y volver a la Facultad. Por eso lo lloraron el martes a las 8, cuando se los robaron de la puerta de la casa de otra hija de Laura, María Celeste, en Rawson. Y más aún ayer, cuando les avisaron que, alrededor de la 1, habían encontrado la renoleta completamente destruida por las llamas en Calle 7, entre Tascheret y General Acha, Pocito.
Al vehículo sólo le faltaba la rueda de auxilio y el gato, confirmó la propia Laura, que ayer no sabía a qué atribuir la maniobra: ‘Fue un daño grande el que nos hicieron y la verdad que no entiendo por qué, ninguno de nosotros tiene problemas con nadie, somos gente común, de trabajo, esto no tiene lógica… ni el tubo de gas que tenía se llevaron’, dijo ayer la mujer.
Laura vive en el barrio Hualilán, Rawson, y explicó que el lunes a la noche le pidió a Marisol ir a acompañar a su hermana María Celeste en su casa de General Acha y Simón Bolívar, Rawson, porque no estaba su marido y para que al otro día la llevara a su trabajo de acompañante terapéutica.
El de Laura es el segundo caso en dos días en que un robo termina con un auto incendiado. El jueves a las 00.30 el jubilado Oscar Giménez (60) fue asaltado a punta de arma por dos mujeres y dos hombres que, luego de lastimarlo en su casa de Benavides cerca de Ruta 40, Capital, le robaron ropa y electrodomésticos que cargaron en su Fiat Siena, que a las 3.30 apareció incendiado en un descampado entre el barrio 20 de Junio y el asentamiento conocido como ‘La Cueva del Chancho’.
