El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sufrió ayer un nueva humillante derrota en las urnas, donde los italianos votaron en referéndum contra la vuelta a la energía nuclear y a favor de derogar uno de sus "escudos judiciales", la llamada ley del "legítimo impedimento".
El primer varapalo para el político conservador llegó ya con los datos de participación en las consultas, celebradas entre el domingo y lunes y hoy, que se situó en el 57 %, con lo que se superaba el quórum del 50 % establecido por la ley para que fueran vinculantes.
Y es que desde las filas del Gobierno, con Berlusconi a la cabeza, se había promovido la abstención para evitar la validez de unos referendos en los que se decidía sobre dos temas primordiales para el Ejecutivo y sus problemas con la justicia, como la vuelta a la energía nuclear y la inmunidad ante los tribunales.
Además del "legítimo impedimento" y de la vuelta a la energía nuclear, los italianos también se pronunciaron y rechazaron en referendo la ley que abría las puertas a la privatización del agua y una parte de otra norma sobre tarifas del servicio hídrico.
Berlusconi, que aún no se ha recuperado de una contundente derrota el mes pasado en las elecciones locales, había declarado que no votaría. Sin embargo, una participación inusualmente alta acabó con cualquier esperanza de que no se alcanzara el quórum necesario de más del 50%.
El primer ministro dijo en un comunicado que su Gobierno aceptaría el "claro" resultado de las urnas.
"El Gobierno y el Parlamento tienen ahora el deber de aceptar completamente el resultado de los cuatro referendos", dijo.
Berlusconi dijo que la votación había terminado probablemente con cualquier perspectiva de emplear energía
nuclear en Italia.
Los referendos requerían una participación de más de 50% de los votantes registrados. Se consideraba que los partidarios de las propuestas tenían más probabilidades de ir a votar que sus oponentes.
En Italia, en ninguno de los seis referendos celebrados desde 1995 se había logrado alcanzar el quórum requerido del 50%.
La votación no podía haber llegado en peor momento para el líder de 74 años, que se enfrenta un juicio por un escándalo sexual y tres por fraude. Berlusconi se ha visto debilitado por la demoledora derrota en las elecciones locales del mes pasado, que alcanzó a su base de poder de Milán.
Por su parte, la oposición de centroizquierda ha hecho campaña con fuerza para llevar a los votantes a los colegios electorales.
Pierluigi Bersani, líder del Partido Demócrata de centroizquierda, dijo que había sido "un día extraordinario" y
repitió sus peticiones de que Berlusconi dimita.
Algo más ominoso para la coalición de Berlusconi es que la Liga Norte, su socio de derecha, parece estar perdiendo la paciencia después de semanas de acritud, aumentando las posibilidad de una ruptura que podría costarle al Gobierno la mayoría.
"En las elecciones locales hace dos semanas recibimos una bofetada en la cara, ahora con este referéndum hemos tenido la segunda bofetada y no quiero que esto se convierta en una costumbre", advirtió Roberto Calderoli, uno de los ministros de la Liga.
Mientras crecen las especulaciones de que las divisiones internas podrían derribar al Gobierno antes de las elecciones del 2013, el referéndum fue un duro recordatorio sobre la opinión del electorado.
Berlusconi ha sido un gran partidario de la energía nuclear, que según la centro derecha es indispensable para el futuro de un país que importa casi toda su energía.
