El juez federal Norberto Oyarbide anunció ayer que se apartó de la causa penal por supuestas amenazas contra el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, luego del “cacerolazo” de protesta que hubo anoche frente al edificio en el que vive. En la tarde, el juez federal Daniel Rafecas fue designado por sorteo para hacerse cargo de la causa.

“La causa ya no es mas mía. Me aparté por la violencia moral y por la garantía del juez imparcial”, informó Oyarbide a los periodistas al salir de su vivienda, ubicada en la calle Rodriguez Peña casi Posadas, en el barrio porteño de Recoleta.

Anoche un grupo de personas protestó frente a ese domicilio, con carteles y cánticos exigiendo “Justicia”, a raíz de que a Oyarbide le había tocado instruir la causa penal contra el secretario de Comercio que inició una despachante de Aduana por “abuso de autoridad, violencia de género y amenazas”.

En los últimos años a Oyarbide le vienen tocando investigaciones por supuestos delitos, que resultan sensibles para el Gobierno: enriquecimiento ilícito del matrimonio Kirchner, desvío de fondos públicos en la Fundación Madres de Plaza de Mayo, coimas por la empresa Skanska, escuchas ilegales contra Mauricio Macri, negociaciones incompatibles de Enrique Albistur, “mafia de los medicamentos” contra Hugo Moyano y otras. Esta vez la denuncia de una despachante de aduanas, Paula De Conto, que lleva el número 10.142/12, con intervención del fiscal federal Patricio Evers, por “abuso de autoridad”, “violencia de género”y “amenazas” contra Moreno, también recayó en manos de Oyarbide. La denunciante aseguró que tiene como pruebas “llamados telefónicos y testigos”.