Su cara lo decía todo. Es más, ni siquiera entró al camarín en el final sino que buscó directamente el patio posterior de la cancha de Del Bono. Es que Juan Pagés sabía íntimamente que el punto era salvación pero que el objetivo era otro: “Contento, contento no estoy. No tendríamos que haber sufrido como se sufrió. Es increíble pero lo bueno es que se terminó manteniendo la categoría y que este final que no queríamos nos obliga a replantear todo para lo que se viene porque Trinidad tiene que ser protagonista en serio”.