Pamela y Jorge se conocían de niños pero fue de adolescentes que se acercaron un poco más como miembros de un grupo de jóvenes de la Acción Católica de la Villa El Salvador, Chimbas. Entonces se convirtieron en novios y poco después juntaron sus destinos como pareja. Nació el primer hijo y todo fue normal, aseguran en la familia de Jorge Moreno (28), pero 5 años atrás sucedió un hecho que marcaría la relación para siempre: cuando los padres de Jorge se separaron y su mamá se fue a vivir a Catamarca (la mujer es de allí) el muchacho partió también con su hijo y su mujer Pamela Carrizo (26). Y en esa provincia, Jorge conocería un primer desliz (ella le reconoció que le fue infiel con un vecino) y desde entonces la relación fue complicada, hasta el último domingo, cuando él terminó muerto de un tiro en el pecho en la casa que alquilaban en Benavidez y Catamarca, en Chimbas.
"Ella le confesó que lo había engañado en Catamarca con un vecino y por eso se vinieron. Él la perdonó, como le perdonó otra de noviembre con ese hombre Luis Brizuela que está preso, porque Jorge era muy dócil, muy inocente, se creía todo lo que ella le decía. Estaba ciego por esa caradura’, dijo ayer Mariam, una hermana de la víctima.
Y agregó: "nosotros teníamos miedo de que él le hiciera algo a ella, porque no eran sólo los engaños. También lo maltrataba igual que a los niños, no se le caía el negro c… de la boca cuando se enojaba con él. Y todo porque él bajaba de las minas y a ella se le cortaba todo… tenía un grupo de WhatsApp y armaba asados y juntaderas, mientras mi hermano se partía trabajando para que nada le faltara’.
Para los policías la infidelidad de Pamela es clave ahora para explicar por qué la joven, el domingo pasado, intentó montar la escena de un supuesto asalto cometido por un sujeto que, sin motivaciones aparentes, le dio un tiro en el pecho a Moreno y se fue con el televisor de la pareja y sólo el teléfono de Pamela.
La principal sospecha es que, luego del disparo, la joven se fue hasta la casa de sus padres a escasas dos cuadras. Y al menos 15 minutos después llamaron una ambulancia.
"Para nosotros algo esconde. No le pidió ayuda a un policía que vive casi enfrente de su casa y esa madrugada estaba y seguro salía a ver qué pasaba’, dijo un vecino.
Que los niños anduvieran por la calle en verano. Que se quedaran solos en la casa mientras ella salía en moto. Las juntaderas hasta muy avanzada la madrugada en la casa los fines de semana y también a mitad de semana, mientras su marido trabajaba, fueron también parte de los comentarios de los vecinos. Todos coincidieron en que el comportamiento de la mujer, como madre y como pareja, no era el óptimo.
Pamela ya se declaró inocente, a pesar de dar por lo menos tres versiones contradictorias a la Policía sobre lo que pasó esa madrugada. Este diario intentó hablar con alguien de su familia pero no fue posible. Sólo una hermana suya, Noelia, reconoció que Pamela fue infiel, pero que ahora estaba todo bien. Y pidió no centrar toda la pesquisa sólo en Pamela, a la que calificó como alguien alegre y con muchos amigos.
