En Latinoamérica se hizo famosa por representar el papel que desempeña la sensual Eva Longoria en Amas de Casa Desesperadas, pero adaptada a la versión colombiana-ecuatoriana. Sin embargo, en Argentina, Marisol Romero no saltó a la TV vernácula por eso, sino como Mayu, la femme fatale que conquistó a los personajes de Arnaldo André y Mariano Martínez en Valientes (la tira de El Trece que revienta el rating nocturno).
Es dueña de una curvilínea figura y su mirada derrocha sensualidad. Pero, para Marisol lo "fundamental" radica en el talento.
La importancia del atractivo físico, su decisión de abandonar Ecuador, su nueva vida en Buenos Aires, su hijo y el hombre argentino; son algunos de los temas que revelan el perfil de esta morocha de 38 años, en una entrevista con DIARIO DE CUYO.
– En una conocida revista confesaste que tu rol en Valientes te sirvió para concretar el sueño de besar a Arnaldo André…
– El fue mi primer referente en mi adolescencia. ¡Nos moríamos por él todas!. Nunca me imaginé que, muchos años después, tendría la suerte de trabajar con él, eso si ni me lo soñaba. Fue un honor ser su pareja.
– ¿Hicieron amistad?. ¿Le contaste lo que pensabas de él?
– Si. Es un caballero sencillo y maravilloso. Le comenté que era mi referente, solo se rió…no hace alarde de su trayectoria ni de sus éxitos. Es un hombre muy profesional que ha vivido su fama en Latinoamérica entera, pero no habla de ello. La verdad un actor ejemplar. Todo el mundo lo quiere y hablan maravillas de él.
– También besaste a otro galán como es Mariano Martínez. Muchas mujeres te deben envidiar…
– Sé que muchas habrían querido estar en mi lugar, pero las cosas no son como parecen en televisión. En mi caso, con Mariano hubo mucho profesionalismo y respeto, somos fieles a nuestros personajes, pero son eso: personajes. Me siento una privilegiada por haber trabajado en Valientes, con semejante elenco y en Pol-ka, ¿se puede pedir más?
– ¿Es tu tipo de hombre?.
– No tengo un "tipo" de hombre que me atraiga específicamente. Me atrae mi novio! (NdR: un Iván con identidad que prefiere resguardar, abogado y cantante lírico, de 35 años y argentino).
– ¿Cómo fue la relación con tus compañeras?. ¿De compañerismo o de competencia?
– ¡La relación con mis compañeras fue excelente!. Nunca sentí ningún tipo de competencia, todo lo contrario, me recibieron con cariño y respeto.
– ¿Estás radicada en Buenos Aires?.
– Sí, desde hace un año.
– ¿Por qué elegiste esta ciudad?
– Siento que es una ciudad donde me siento identificada con sus costumbres, su cultura y su gente. En Latinoamérica no hay otra como Buenos Aires, al menos no donde me sienta tan cómoda y feliz.
– ¿Tu hijo se adaptó a su nuevo hogar?.
– Mi hijo tiene 9 años, le costó adaptarse. Le hace falta su familia y amigos, esa parte ha sido un poco complicada, espero que pronto tenga amiguitos que le hagan sentir como me siento yo.
– ¿Por qué decidiste irte de tu país?
– No fue una decisión. En realidad, siempre trabajé afuera por que no se hace mucha producción nacional en Ecuador. Tenía que abrir un mercado nuevo cada vez y esa intermitencia es muy desgastante; necesitaba radicarme en un lugar donde pudiera trabajar y vivir, al menos por un buen tiempo, y fue Buenos Aires.
– Si te ofrecen posar en Playboy lo harías?
– No
– Cuando te mirás al espejo: ¿qué virtudes y atractivos ves?
– Mmmm…el espejo… Veo una mujer fuerte con ganas de aprender y crecer; de indagar profundo en el interior de la vida, de mi vida…, de expresarse a través de los personajes que representa, de jugar, divertirse, tocar el alma del espectador y contar historias. El atractivo, es una actitud que no tiene edad ni tiempo, eso se aprende con los años… Es innegable su importancia, pero no es lo fundamental en el actor. El talento sí lo es y para eso no hay cirugías.
