Una de las secciones más visitada es la perfumería, donde primorosas dependientas se mueven entre marcas como Esteé Lauder, Escada, Joop e Yves Saint Laurent, “dedicadas fundamentalmente a las mujeres de los trabajadores del Vaticano”, unas 3.000 personas que se suman a las alrededor de 300 que residen en el Estado.