Cinco partidos jugados con idéntica cantidad de empates. Increíble pero real, Paraguay alcanzó la final de la Copa América sin haber ganado un partido. Eso sí, fue efectivo a la hora de ejecutar los penales y así dejó en el camino a Brasil en cuartos y a Venezuela en la semifinal. Incluso hoy podría ser campeón sin victorias si supera a Uruguay desde los 12 pasos.
El equipo rojiblanco tiene una gran oportunidad de volver a la primera plana del fútbol sudamericano. No disputa la final ni gana la Copa desde hace más de 31 años, cuando venció a Chile al mejor de tres encuentros, precisamente el último disputado en Buenos Aires. Ese fue su segundo y último título del torneo, junto al de 1953.
Este Paraguay, al que quiere recuperar los primeros planos, no marcó goles en tres de sus cinco encuentros y esa es una de las tantas deudas pendientes que debe saldar en sólo un encuentro, sin embargo cambiar a esta altura sería condenarse al fracaso para el equipo que orienta el "Tata" Martino. Los guaraníes son un equipo carente de ideas, que no pudo hacerles daño a sus rivales y más allá que empató absolutamente todo lo que jugó, en la fase de grupos ofreció bastante más, mientras que en las etapas decisivas decidió apostar a cuidar el cero y a depositar su destino en los penales. Y mal no le ha ido: es finalista sin triunfos.
El gran mérito de Paraguay es quien se ha erigido en su emblema, el arquero Justo Villar. Primero por sacar del certamen a Brasil con una actuación individual excepcional. Y luego en semi dejar de lado a Venezuela por la misma causa. Por Villar, y habría que sumar también a los postes de su arco que lo ayudaron bastante, hoy buscará el campeonato. No obstante la presencia de Paraguay en el encuentro definitorio se sustentó en gran parte también en la resistencia de su defensa.
Paraguay llega a la final sin haber ganado en cancha, pero con dos victorias de manera consecutiva por la vía de los penales, en el partido que tanto les gusta y el que quieren jugar en la final de hoy ante Uruguay.
