Si la intención es modificar la cara a las paredes del living, del dormitorio o del cuarto de los chicos sin caer en la clásica alternativa de las pinturas convencionales, los cuadros o los empapelados, una buena idea es apelar a las pátinas al agua, una técnica original y creativa.
Antes de poner manos a la obra hay que recordar que si el lugar a renovar es chico conviene usar tonos claros como el ocre, el celeste o el rosado; si, en cambio, es un ambiente amplio se puede jugar con colores más sofisticados.
Todo lo que se necesita para comenzar la tarea es látex blanco, fijador al agua, acrílico al agua del color elegido, una esponja o un trapo absorbente, un pincel y una cubeta para mezclar los colores.
Una vez reunidos todos los materiales pintar la pared con el látex blanco y, luego, dar una mano de fijador al agua puro. Después mezclar dentro de la cubeta una medida del acrílico elegido con tres de fijador y, con la ayuda de la esponja o trapo, aplíquelo sobre la pared con movimientos circulares constantes.
Así completar toda la pared, siempre tratando de que la superficie quede con el efecto "veteado" que caracteriza a este tipo de técnica. Para ello, un pincel también podrá ayudar si es pasado sobre el acrílico fresco, marcará aún más las diferencia del color.
