* Con una limpieza frecuente, las paredes y techos pintados pueden mantenerse en buen estado. Sin embargo, las manchas de tabaco son difíciles de eliminar. Si éste es el problema, no queda otra que volver a pintar.
* No lavar los techos. Una capa de pintura nueva es más efectiva. Quitar el polvo con algún elemento, hecho con un cepillo de mango largo o con uno de los caños y cepillos para tapizados de la aspiradora.
* Atar suelto un paño en la cabeza del escobillón y usarlo para quitar bien el polvo de los techos. Sacudir el escobillón de vez en cuando.
* Para limpiar las paredes, usar una solución de agua tibia y jabón líquido. No detenerse en medio de la limpieza porque deja una marca que es difícil de eliminar. Lavar una pared completa por vez. Repasar las indicaciones para limpieza en los envases de pintura al látex o sintética.
* Para lavar las paredes hay que comenzar por la parte inferior de la pared y avanzar hacia arriba. Luego retocar. Quizá parezca más trabajoso pero es más fácil limpiar las gotas que caigan en una superficie limpia que en una sucia.
* En paredes muy sucias limpiar con una solución de jabón de azúcar (seguir las instrucciones del fabricante), antes de usar otros limpiadores.
* Las puertas y zócalos se lavan con una solución de jabón líquido (no detergente, que puede afectar el color de la pintura). Enjuagar con agua limpia y secar dando golpecitos.
* Las manchas se pueden limpiar con cuidado y tratando de no dañar la pintura. Con una goma, frotar suavemente las huellas de manos y lápices. Lavar las manchas de comida con un limpiador doméstico no abrasivo. Allí donde los muebles hayan dejado huellas de golpes, usar primero una goma y luego un limpiador doméstico.
