Un día como hoy, pero de 1910, nacía por ley el Parque de Mayo, que a lo largo de estos cien años fue testigo de cambios, olvidos y escenario de hechos muy particulares, pero nunca dejó de ser el paseo de los sanjuaninos por excelencia. El nombre que pudo haber tenido, los tres lagos, la estatua que llegó por error, las carreras de autos o el avión que aterrizó en el Parque son algunos de los datos que fueron quedando en el olvido y que en este aniversario bien vale la pena recordar.

El 17 de mayo de 1910 se sancionó la ley provincial de creación del Parque y el día 25 de ese mes se colocó la piedra basal del paseo, que era un gran potrero en las afueras del por entonces chato pueblito capitalino. Fue durante el gobierno de Carlos Sarmiento, y con la ley plasmada se puso fin al debate público por el nombre que debía llevar el lugar. Y es que el Parque de Mayo pudo haberse llamado Centenario, ya que nació para festejar los primeros 100 años de la Patria. Es más, según relata Fernando Mó en Cosas de San Juan, hasta los diarios de la época promocionaban la venta de lotes cercanos al "futuro parque Centenario".

La superficie original del parque fue de 17,5 hectáreas y pertenecía al municipio de Desamparados, que transfirió el terreno a la Provincia sin gastos, pese a que la ley indicaba que lo iba a expropiar. Sin embargo, el Parque fue perdiendo superficie por las cesiones de terrenos al club Inca Huasi, al Lawn Tenis y a la UNSJ, pero también por las construcciones del estadio (el Abierto primero y luego el Aldo Cantoni), la ex Legislatura y el casino. Precisamente, el terreno de los estadios y del actual Boletín Oficial está en litigio desde 2003 porque un grupo de accionantes le reclama a la Provincia que sus antecesores nunca cobraron la indemnización por la expropiación.

La primera estatua que se instaló en el Parque fue una réplica de la Libertad, de Nueva York, a días de la colocación de la piedra basal. Curiosamente, esa réplica en realidad debía llegar a San Juan de Puerto Rico, pero terminó en la provincia. La estatua de la Libertad estuvo en el parque hasta 1928, cuando fue trasladada hasta la plaza de Villa Aberastain, Pocito, donde actualmente se encuentra.

Por su parte, en sus orígenes, el Parque tenía tres pequeños lagos, que luego se transformaron en uno solo de mayor extensión. Según el historiador Edgardo Mendoza, hace 100 años el lugar tenía problemas de revenición, por lo que esos lagos chicos ya se encontraban cuando se inició la construcción. Había también una pequeña isla donde funcionaba una confitería de mala fama, que tuvo renombradas grescas. Y por muchos años, se pudo pasear por el estanque en botes y balsas mecánicas. En 1964, el parque fue remodelado y se ensanchó el lago, mientras que con la tierra extraída se hizo la famosa lomita.

Otro dato particular que guarda el Parque es que en 1912 aterrizó el primer avión que voló sobre la provincia. Fue el 14 de octubre y aterrizó en un gran potrero que estaba al costado del lago. El piloto fue Mario Casale, quien en 1926 donó la hélice de ese avión Farman al Museo Sarmiento.

En tanto, hasta la inauguración del autódromo El Zonda, en 1967, las carreras de autos se disputaban mayoritariamente en el Parque de Mayo. Pero un luctuoso accidente en 1966 llevó a que el gobernador de facto Eduardo Gómez prohibiera las competencias callejeras. También allí se hicieron competencias pedestres y de bicicletas.

El Parque tuvo épocas de esplendor y otras malas, producto de la falta de mantenimiento. Entre fines de los "80 y mediados de los "90, el paseo entró en picada y se convirtió en un lugar sucio, oscuro y peligroso. Fue en 1997 cuando se inició una gran remodelación y el 8 de marzo de 1998, el Parque tuvo una nueva bocanada de oxígeno tras una inversión de 1,5 millones de dólares. La isla en el lago volvió, aunque con una cascada y como refugio de los patos; se aumentó la superficie parquizada de 30.000 a 97.000 metros cuadrados, se instaló el riego por aspersión, se sembraron peces y hasta se cambió de lugar la salida del tránsito a calle 25 de Mayo. A la inauguración fueron unas 40.000 personas y desde entonces, como hace 100 años, sigue siendo el paseo más importante de los sanjuaninos.