El terremoto que se generó por el daño que provocaron las heladas tardías en los parrales y que ‘quemó’ casi el 80% de las uvas destinadas a consumo en fresco, parece que finalmente no trastocará el volumen de fruta que recalará en la pasa, según dijeron a este diario cuatro jugadores fuerte de esta industria. El razonamiento tiene un sustento que está atado al manejo que hubo de algunas variedades en la vendimia pasada, donde buena parte de esa producción fue a parar a bodega para tener como destino el negocio del mosto.
El año pasado 27.556.410 de kilos de pasas se exportaron, lo que representó el 15,54% de los envíos de base vitivinícola (el mosto el 51,09%), y esta campaña vuelve a ser tentador el mercado externo para este sector agroindustrial, por lo que los exportadores saldrán a ‘’barrer’’ las fincas para hacerse de cantidad.
Está claro que las uvas tempranas fueron golpeadas por las heladas, y entre las variedades paseras que más las sintieron están la Flame y la Sultanina, ejemplares que se plantaron (ver recuadro) con la idea de hacer pasas de calidad y que el negocio, a diferencia de cómo era tiempo atrás, deje de ser marginal y allí vayan uvas baja categoría. Ambas fueron demandadas en la campaña anterior por la ‘’voraz’’ industria del mosto que buscó disponer de un jugoso volumen que esperaba ubicar puertas afuera del país y que, hoy por hoy, todo indica que terminará stokeando unas 50.000 toneladas de ese jugo a fin de temporada porque la expectativa fue más alta que la demanda real.
‘’Esta campaña vamos a recuperar esos casi 80 millones de kilos que el año pasado fueron a bodega. Entiendo que se van a compensar las pérdidas de las heladas en nuestro sector con esas uvas que antes sirvieron para hacer mosto. Es más, hasta podemos tener más volumen que la campaña anterior, tal vez un 15%’’, dijo el empresario Alberto Cassab. En tanto, Jorge Turcato, de la firma Cavabianca SA., fue más medido y estimó que ‘’vemos un escenario interesante, porque hoy la pasa de uva tiene un mercado exterior demandante y porque además se deprimió el sector mostero, que tomó muchas de nuestras variedades’’. Otros, como por ejemplo el exportador Francisco Meló, pide esperar: ‘’Cuando veamos que quedó colgado en los racimos, recién sabremos si disponemos de poca o mucha producción para el sector pasero. No hay que apresurarse’’.
Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), de las 47.394 hectáreas de viñedos que hay en San Juan, el 6% corresponden a cepajes propios del sector pasero. Ahora bien, se sabe que una parte de ese porcentaje ha sido blanco del frío tardío de septiembre pero aún no está claro que daño real ocasionó en la planta y, principalmente, en el rinde de la misma.
