El próximo 30 de septiembre se cumplirán dos años desde que la Unesco, la organización ligada a lo cultural en Naciones Unidas, declaró al tango como “Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad´´, a pedido conjunto de Argentina y Uruguay por considerar que es un ritmo musical y una danza, con poesía propia que “personifica y alienta tanto a la diversidad cultural como el diálogo´´.
la reunión en la que se tomó tal decisión tuvo una amplia convocatoria pero también amplio consenso. De hecho, unos 400 expertos reunidos en Abu Dhabi, que estudian cientos de candidaturas, reconocieron que el baile seductor con letra melancólica debía ser salvaguardado. Encontraron muchísimos fundamentos y razones para defender la postura: porque se originó en las clases trabajadoras de Montevideo y Buenos Aires a principios del siglo XX; que es un baile tradicional que implica el roce de piernas y ochos en el suelo, sinónimo de Pasión latina a nivel global, que supo unir a inmigrantes europeos, descendientes de esclavos y criollos forjando una amplia gama de costumbres, creencias y rituales que se transformó en un distintivo cultural de identidad, que sigue vivo de la mano de los jóvenes, adultos y ancianos que en todo el territorio del Río de la Plata concurren a milongas o salones de baile, entre otros espacios.
Entonces, la organización encontró que el tango reunía al menos cinco criterios indispensable para ser de interés global y por ende catalogarse en el listado de los patrimonios intangibles: es distinto, original, las comunidades rioplatenses lo sienten como propio, enriquece el acerbo cultural y existe un plan conjunto de preservación (los países que hicieron la propuesta también prometieron crear la Orquesta Típica de Tango del Río de la Plata).
Semejante distinción implica el compromiso del mundo para difundir a través de conferencias, seminarios y talleres todos los aspectos del tango como así también encarar proyectos para preservar y rescatar objetos (como partituras, trajes, viviendas) de personajes que lo han creado, bailado y cantado o por ejemplo promover las actividades de orquestas y grupos de bailes de tango.
El mismo día que se declaró al tango como Patrimonio de la Humanidad, el Carnaval de Negros y Blancos típico de Colombia, también se unió a la lista de tradiciones culturales que la Unesco considera que deben preservarse para futuras generaciones de todo el mundo.
