Cualquier celu con camarita de medio pelo, asociado a las accesibles, inmediatas y extensas redes sociales es: A- Una bendición B- Una pesadilla. ¡Que ni le pregunten a Luisana Lopilato, o a Marcelo Tinelli!. ¿Por qué? Lu y su flamante marido querían reservar su boda civil (el jueves) sólo para ellos. Por eso -según exitoina.com- no hubo prensa en el interior del registro y prohibieron expresamente a los presentes tomar fotos. Pero alguien sacó una y la colgó en la Red! Enojadísima, comentan que la señora Bublé -que hoy tiene su gran fiesta de bodas- no va a parar hasta averiguar el nombre del ciber-Judas.
Esta ¿moda? también se ha convertido en un dolor de cabeza para el soltero más codiciado de Argentina. Por eso ayer, para el sencillo festejo de su cumple 51, Marcelo Tinelli también habría dado la "sugerencia’ de guardarse los flashes. Seguramente el poderoso empresario se acordó de esas fotitos que se colaron el año pasado -cuando convocó al polémico jurado del Bailando a una comida en su casa-, en las que se vio a Pachano a los mimos con Alfano, por ejemplo. En fin, sólo el tiempo dirá si esta vez sus invitados acataron la firme consigna.
Para los aspirantes o famosos de dudosa procedencia, sin dudas esta práctica tan explosiva como usual hoy en día es un eficaz trampolín a la popularidad. No así para esas estrellas a las que no les gusta para nada ventilar su vida privada. Pero ojo que el fantasma de la camarita no sigue sólo a las celebridades… Cualquier mortal puede ser la comidilla de las redes sociales. ¿Preocupante? Sí. Y real.
