Ivana Goyochea (37) había salido temprano de su casa hacia la escuela con un doble propósito: acompañar a sus dos hijos de 13 y 8 años y, además, participar en una reunión en el establecimiento. En eso estaba cuando su hermana Yanina la llamó alterada por una noticia que le bajó los ánimos: un incendio que amenazaba con destruir toda su casa.
Entonces Ivana fue presa de la desesperación. Y en instantes arribó al escenario de ese siniestro, su casa en Rivadavia al 932 Este, en la Villa San Isidro, en Chimbas.
Cuando comprobó lo que había pasado, quedó con una mezcla de angustia y algo de satisfacción: porque el fuego sólo había consumido varias de sus pertenencias y acabó prácticamente con la mitad de su vivienda. Pero gracias a su hermana y otros vecinos, pudo salvar varios muebles y al final no tuvo que lamentar pérdidas totales pues los Bomberos del Cuartel Central llegaron rápido y evitaron que el fuego se propagara y destruyera la casa por completo.
Todo pasó alrededor de las 9 de ayer. Según Ivana, en la Policía le dijeron que el siniestro se inició por un cortocircuito en el lavarropas, que ella había dejado en funcionamiento mientras iba a la escuela de sus hijos.
Ese lavarropas, una heladera, una cocina y todos los utensilios que allí tenía, un juego de sillas, la cama de uno de sus hijos, ropa, dos equipos de aire acondicionado, el techo de machimbre dañado casi en su totalidad por el fuego y las paredes de la vivienda afectadas por el hollín, fue el dañino saldo. ‘Perdí la mitad de la casa pero gracias a mi hermana Yanina y mis vecinos se pudieron salvar varias de nuestras cosas. También agradezco a los bomberos que llegaron rápido y evitaron que todo fuera peor’, dijo ayer la mujer.
