Los jueces Ricardo Alfredo Conte Grand, Eugenio Barbera y Eduardo Gil (Sala III, Cámara Penal) condenaron ayer a prisión perpetua al ex agente de Policía Sergio Rabaj (35) por el delito de torturas seguidas de muerte, contra un detenido enfermo que debía custodiar en los calabozos de la Seccional 6ta de Rawson el 14 de diciembre de 2010. Ese preso era José Leónidas Cortez, tenía 54 años y un grave cuadro de osteoporosis que le impidió resistir la paliza que le dieron: terminó con 10 costillas y el brazo de su costado derecho fracturados, otras 4 costillas quebradas del lado izquierdo y la dislocación del hombro en esa zona.
Como el fallo no está firme, Rabaj seguirá en libertad.
Los magistrados resolvieron además aplicar 3 años de prisión sin encierro efectivo (en suspenso) más 6 de inhabilitación para ejercer cargos públicos a otros dos efectivos, por golpear a Cortez cuando fue sorprendido en el ‘bosque’ del parque municipal de Rawson semidesnudo y con una nena de 7 años encima suyo.
Ese castigo, por el delito de apremios ilegales, recayó en el agente Juan Pablo Picón (32) que participó en la detención. Y en Pablo Guevara, quien era el oficial a cargo en la comisaría y llegó al parque con otros compañeros para hacerse cargo del detenido. Justamente uno de esos excompañeros fue el que señaló haberlos visto cuando agredían a patadas a Cortez.
El agente Carlos Godoy fue el único desligado con absolución, tal como lo pidió su defensor Gustavo De la Fuente. Lo acusaban de no cumplir sus deberes de funcionario y falsificar el libro de detenidos al poner (dijo que por consejo de Rabaj) que Cortez se había autoagredido. Por eso pedían condenarlo: la fiscalía con 2 años, el querellante con 3.
No fue el único revés para las partes. El fiscal José Eduardo Mallea había cambiado la calificación del delito y en lugar de torturas pidió perpetua por homicidio agravado a Rabaj, y por primera vez incluyó como coautor a Guevara, quien llegó al juicio acusado de apremios, no cumplir sus deberes de funcionario y no denunciar las torturas.
El fiscal había pedido además absolver a Picón y Guevara por apremios y no acusó a este último por el resto de los delitos que le atribuían.
El abogado de la familia Cortez, Adrián Riveros, había compartido casi toda la acusación. Casi, porque sí pidió condenas por apremios a Guevara y Picón.
A LA CORTE
Todo indica que la Corte de Justicia resolverá cómo termina el caso, porque el fallo no está firme. La defensora de Picón, Carina Martínez, había solicitado la absolución, como el fiscal.
También reclamarían ante el máximo tribunal local Rolando Lozano, quien consideró que no se probó que Rabaj haya matado al detenido y criticó la investigación por no averiguar a fondo si fueron otros presos los autores de la golpiza letal a Cortez. Fernando Castro, defensor de Guevara, había rechazado la acusación y también pidió la absolución de su cliente.
Salvo Picón, que no habló, ayer los demás acusados se declararon inocentes ante el tribunal.
