Las personas con este tipo de reacción de extrema agresividad tienen una actitud de constantes desconfianza, rigidez en su comportamiento, un ‘yo’ muy atrofiado desde sus reacciones, que posee un sentimiento de inseguridad básica, un escasísimo control de los impulsos y un sistema de alarma individual hipersensible para detectar la traición y la hostilidad en los demás. La presencia de estos síntomas transparentados en el vínculo de pareja, nos llevan a presumir que es casi seguro que el varón pueda estar afectado por un trastorno delirante de tipo ‘celotípico’ (celos enfermizos). Dicho trastorno si se cronifica puede derivar en una conducta homicida, y serán siempre factores externos los que terminen actuando como desencadenantes de este comportamiento desadaptado. Este cuadro puede combinarse también con un perfil de personalidad maltratadora y manipuladora.

En estas personalidades existen rasgos paranoides previos, como una necesaria condición pero no aparecen síntomas disociativos, o sea, que no se trata de un demente. Es por ello que el sujeto es consciente de la criminalidad de sus actos. En sujetos con problemas relacionados con el alcohol o las drogas, la presencia de este tipo de delirio celotípico es más que común.

Por Santiago Salinas – Lic. en Psicología