Perú concedió ayer asilo político al líder opositor venezolano Manuel Rosales, en momentos en que el Gobierno de Hugo Chávez le exigía que capturara y devolviera al alcalde de Maracaibo, procesado en su país por presunta corrupción. Afronta un juicio por presunto enriquecimiento ilícito durante su gestión como gobernador del estado de Zulia, entre 2002 y 2004, un juicio que Rosales considera "político".
