Buenos Aires, TÉLAM.
El árbitro Gabriel Brazenas, que quedó en el ojo de la tormenta después de su comprometido trabajo en el encuentro decisivo del pasado torneo Clausura entre Vélez y Huracán, reveló que aún hoy, a cuatro meses de aquel juego, sigue recibiendo "amenazas", pero que eso no lo amedrenta porque es "un luchador".
"Recibí miles de amenazas desde entonces y las sigo recibiendo, pero no me asusta. Quizás un día venga alguien y se acabó todo para mí. Pero tengo familia, que es la única que me apoya en todo esto, y sigo adelante, porque si en algo me caractericé en mi vida es en ser un luchador", confesó.
"En este momento no me sortean para dirigir pero estoy en proceso de restablecimiento de una lesión de rodilla, aunque nunca supe realmente si esa es la verdadera razón", apuntó el juez.
Brazenas no dirige desde el 1 de septiembre, aunque en realidad no había sido sorteado tampoco en las dos jornadas anteriores del presente torneo Apertura.
"En aquel partido entre Vélez y Huracán sabía que ponía mucho en juego, porque un error me exponía más que en 100 partidos en los que no estaba un campeonato en juego. Y si me equivoqué y sigo adelante es porque soy fuerte. Se me vino el mundo encima, me aplastó el techo, pero no me quebró porque soy fuerte", le confió a TyC Sports un alterado Brazenas en el predio que los árbitros poseen en el Bajo Flores.
