Con el tubo de desodorante y plastilina, Ale de 4 años de edad armó su primer micrófono y como seguía con gran interés lo que escuchaba, se puso a imitar al Chaqueño Palavecino y a Abel Pintos. Cuando lo vio su padre, supo que desde entonces, la alianza que tenía él con la música era natural y directa. Sin impedimentos, le dio la posibilidad a su hijo de prepararse en el canto y en la instrumentación. Y no solo fue él, sino que también su hermano menor Leonardo, transita por el mismo camino. Fue así que Alejandro Pastén, hoy con 9 años y Leo, que tiene 6, integran el Dúo Sierra Maestra, es el dueto folklórico más joven de la escena local y que posee un talento prodigioso tanto para interpretar, como a la hora de pararse en un escenario y brindar un show musical frente al público.
‘Cuando un día mi cuñado los escuchó, él los invitó a participar de su programa de radio. En el jardín de Alejandro, todos los escucharon y desde entonces decidimos apoyarlo para que haga su carrera musical’, dijo Mario Pastén, padre y actual representante de los pequeños que están haciendo sus primeros pasos como artistas semiprofesionales.
El dúo se mostró públicamente hace un año en las peñas de San Martín, Rivadavia y en los espectáculos que brinda el Rancho de Peluff. Desde este último espacio para los folkloristas cuyanos, los chicos iniciaron su carrera con un éxito notable con cada actuación los fines de semana. De hecho, el 9 de julio, tendrán su próximo show en el Rancho de Peluffo.
Y ahora, tienen la oportunidad, luego de mucho tiempo de preparación y esfuerzo económico: los pibes lanzan su primer álbum discográfico oficial titulado ‘Caminos a un sueño’. Una placa con 14 tracks incluyendo chacareras, cuecas, vals, tonadas y otras canciones. Lo presentarán en agosto, aún sin fecha definitiva para confirmar.
El entusiasmo de ellos es enorme y la energía les desborda por cantar cuando y donde sea. Sin embargo, no pierden su simpleza e inocencia como niños que son.
Cada vez que se suben al escenario, Alejandro siente ‘una gran emoción por dentro, cuando me doy cuenta que la gente que nos escucha, siente y se sorprende que podamos tocar siendo tan chicos’.
Con una memoria brillante, Alejandro lleva en su cuaderno las letras y notas musicales de aquellas canciones que quiere tocar y le interesan más. Las mismas, son puestas en práctica cuando va con su profesor de canto y guitarra. ‘Al principio me costaba un poco para tocar, cuesta agilizar los dedos y que me acostumbre, pero sé que puedo aprender mucho más’, dijo el muchacho que tiene una gran admiración por su ídolo Abel Pintos, quien no hace mucho le estampó su nombre a su guitarra, un cariñoso recuerdo que lo acompaña en cada recital.
‘El momento que lo pude conocer, fue genial. Lo vi más alto que cuando sale en la televisión. Lo conocí y me pareció una muy buena persona, trata muy bien a sus músicos. Tiene mucha paciencia y cuando me firmó la guitarra, me dijo que no paremos de cantar, que sigamos así que es muy lindo’, relató Alejandro.
Su hermanito, en cambio, es más seguidor de Sergio Galleguillo, pero en especial, de Horacio Guarany, que sueña con poder llegar a Luján y conocerlo alguna vez.
Antes de actuar, se ponen de acuerdo ambos para decidir qué canción abre el show y el ritmo que le van a poner. Si en un momento algunos de los dos se les olvidan la letra, piden disculpas y siguen tocando. Cuando se cruzan con otras figuras fuera del escenario, los colegas les desean suerte y los felicitan por lo que hacen. Algunas veces aprovechan para puntear con los Díaz-Heredia o compartir escenario con Don Peluffo Barboza, unas tonadas. Repasan muchas horas en casa con la guitarra, pero eso sí, no pierden de vista la escuela. Ale, por ejemplo, mantiene promedios de 9.75 en casi todas las materias y Leo, aunque va a primer grado, sabe leer fluidamente y va muy bien con los deberes.
Aunque porten su pilcha gaucha y de a poco van conociendo el espectáculo y su entorno, no dejan de lado su humildad: ‘La música es muy buena para nosotros, queremos crecer y no pretendemos ser millonarios con esto; si ganamos plata, viene bien, pero si no, no pasa nada, seguiremos en la casa. Nosotros queremos compartir con la gente que el canto y la guitarra es lo más lindo que hay’, dijo Alejandro.
