El fiscal de Instrucción Carlos Rodríguez pidió al juez Leopoldo Zavalla Pringles que clausure la investigación y envíe a juicio la causa que complica al abogado Washington Rodríguez como supuesto autor de dos delitos: suscripción engañosa de documento y usura, ambos perpetrados contra una docente que en abril de 2006 le pidió un préstamo de 2.000 pesos para cancelar otras deudas y firmó ‘sin leer’ un papel, un pagaré, en el que se comprometía a pagarle 9.720 pesos a Rodríguez por ‘servicios’ y no por un préstamo, dijeron fuentes judiciales.

Durante la investigación Rodríguez se abstuvo de declarar y apeló, pero fuera de término, precisaron las fuentes. Por eso lo más probable es que el letrado vaya al banquillo de los acusados en un juicio.

Todo comenzó cuando Betina Villegas (docente de inglés) se enteró por una revista de clasificados que en un lugar ofrecían préstamos sin requisitos de Veraz o Codesa, algo que precisaba porque estaba apremiada por otras deudas. Pronto se entrevistó con Rodríguez, quien prometió prestarle 3.000 previo a exigirle un depósito de 300 a su favor en el Banco San Juan para que se ganara su confianza.

Según el expediente, cuando la mujer depositó el letrado luego le entregó 2.000 pesos, le prometió los otros 1.000 para más adelante y le exigió que siguiera depositándole en la cuenta sumas por alrededor de 480 pesos por mes. Así, la docente durante tres meses pagó un total de 1.572 pesos y empezó a recibir llamadas o mensajes para que hiciera los pagos. Entonces Betina y su madre llegaron hasta el estudio del acusado para ver cómo arreglar y ahí les explicaron que podían cancelar la deuda de contado con 5.708 pesos o 24 cuotas de 480 pesos, lo que situaba la deuda en la desproporcionada cifra de 11.664, según el expediente.

Fue ahí que intervino el padre de la mujer, Angel Antonio Villegas, y entonces intimó al abogado a enviar fotocopias del papel que había firmado y las condiciones del préstamo, para saber el monto de las cuotas y los intereses a pagar. Pero el letrado tachó la intimación de ‘mala fe’ y no le envió ningún documento.

Es más, luego de ese cruce de cartas documentos Rodríguez inició la ejecución del pagaré en la Justicia Civil y a Villegas le embargaron el sueldo. Recién cuando le corrieron vista de esa acción judicial, la mujer supo que ese papel firmado era un pagaré.

Una pericia caligráfica con la explicación de cómo cancelar el préstamo, el reconocimiento por carta documento de que prestó plata y el juicio civil para cobrar por servicios como abogado que nunca prestó a la docente, son para el fiscal parte de las pruebas que complican su situación en los supuestos delitos de suscripción engañosa de documento y usura, que se comete cuando el autor la maniobra se aprovecha de la necesidad, el apremio económico o la inexperiencia de la víctima para conseguir intereses o ventajas financieras desproporcionadas.