Las calles de Abu Dhabi y Dubai fueron por estas horas una sucursal de La Plata, porque los hinchas de Estudiantes llenaron de pasión esta zona de Medio Oriente, coronando la fiesta con la victoria del equipo de Alejandro Sabella, que es finalista del Mundial de Clubes.
Desde temprano comenzaron a llegar los hinchas de Estudiantes a Abu Dhabi, debido a que la mayoría se encuentra en Dubai, la base elegida por los simpatizantes en Emiratos Arabes Unidos.
En micros, autos rentados o prestados, recorrieron los hinchas los más de 130 kilómetros que separan Dubai de Abu Dhabi, provocando que la ruta, de cuatro carriles por lado, se transforme en una sucursal de cualquier avenida de La Plata.
En cada parada, la mayoría de los hinchas hizo un alto para poder fumar porque en los micros está prohibido. Se desató una fiesta, para sorpresa de la gente local que habitualmente hace ese camino.
Pero el día comenzó por la madrugada, cuando llegaron a Dubai los contingentes más grandes de personas desde Buenos Aires.
"Hasta trompetas tienen los hinchas de Estudiantes", se comentó en el palco de prensa del estadio Mohammed Bin Zayed, pero no eran de los argentinos los "vientos", sino que de los simpatizantes del TP Mazeme, del Congo, que habían sacado su entrada para ver la semifinal, pero los surcoreanos los dejaron sin chances.
"El 7-0 no se lo olvidan más". "Fede". "Seba". "Tolosa". "Caballito". "Filial Mallorca", fueron algunas de las banderas que mostraron los hinchas de Estudiantes.
Antes de comenzar el partido los simpatizantes, casi tres mil, comenzaron a agruparse en una de las plateas que daban al largo de la cancha, frente a las cámaras de televisión.
Pero en un momento aparecieron los controles, la policía de Abu Dhabi cortó el paso de la gente y cada uno se tuvo que quedar en su sector.
El primer grito de locura, ya dentro de la cancha, fue cuando el equipo de Sabella saltó a la cancha para hacer el calentamiento previo. En ese momento la cancha se vino abajo, entre árabes y argentinos, para saludar a Juan Sebastián Verón, sonando fuerte el "bruja, bruja".
Y luego vinieron los goles de Benítez y se desató la locura. Igual que en el viaje de vuelta a Dubai, esperando la final del sábado.
