"7-0 es partido". "Tenés que sacar cruzado". "La pelota no puede picar dos veces en el saque". Estas son algunas de las "reglas" que diferencian al popular ping pong con el tenis de mesa. Que no es otra cosa que la versión deportivo-competitiva de una disciplina que se practica mucho en las temporadas veraniegas de pileta. O en cualquier casa donde haya una cancha.
"Que no te quepa duda que los talentos los encontramos en las piletas", afirma Pablo Tabachnik, el sanjuanino, múltiple campeón argentino y tres veces representante olímpico, quien es la figura convocante del Campeonato Nacional que comenzará hoy en el Estadio Aldo Cantoni.
En el ping pong, los partidos son a 21 puntos y los cambios de saque se realizan cada 5 puntos (por ejemplo cuando el marcador está 2-3; 6-4 o 7-8). En el tenis de mesa, los sets se disputan a 11 puntos y los cambios de servicio se realizan cada dos puntos (Ej: 2-0, 1-3; 3-3, etc). En lo que ambos coinciden es en que los sets deben ganarse por dos puntos (Ej: 21-19 o 23-21, en el ping pong y 11-9, 13-11, etc en el tenis de mesa).
Una clara diferencia está marcada en los saques. En el ping pong es una norma no escrita, que los saques deben ser cruzados y no pueden ser cortos. En el tenis de mesa los servicios son libres a cualquier sector de la cancha rival.
Por el vértigo con el que se juega el tenis de mesa la televisión exigió que se utilicen pelotas más grandes y de color blanco para captarlas mejor con las cámaras. Mientras que las del ping pong son más chicas y pueden ser de color naranja.
Hurgando se encuentran mucha diferencias más, como la calidad de las paletas o las superficies de las canchas donde se juega. Mientras en el ping pong alcanza con una mesa pintada con pintura para pizarrón (mate), en el tenis de mesa se requiere de una pintura especial que amortigua el pique de la pelota.
Pero, más allá de los aspectos que los diferencian, la esencia es la misma. Sino, pregúntenle a Tabachnik y el responderá: "Yo sigo siendo jugador de ping pong".
