San Juan.- "¿Muerden?" "¿Hacen daño?" Esas son las preguntas más comunes entre quienes se topan en los viveros por primera vez con las plantas carnívoras, que se venden como una rareza en San Juan. Son pequeñas, pero, como si formaran parte de una película de terror, ni bien un insecto se acerca a ellas, lo atrapan, lo desintengran y lo devuelven seco.
Venus y Drosera, son los nombres de las plantas que comen bichos y se pueden conseguir en la provincia.
La primera está formada por pequeñas bocas que tienen finos tentáculos en sus bordes. Allí, con una especie de cebo atraen a los insectos. Y una vez que lo tienen cerca se cierran en un movimiento mecánico para hacerlos desaparecer en su interior. Pero su acción no termina ahí, después vuelven a abrirse y lo desechan.
Por su parte, Drosera está formada por tentáculos que, al estar en contacto con un bichito, comienzan a enroscarse para hacer el mismo proceso.
De esos insectos, sacan nutrientes que les permiten crecer y reproducirse.
Su hábitat
Las plantas carnívoras, que llegan a San Juan desde Buenos Aires, prefieren el ambiente húmedo. Por eso, la base de las macetas que las contienen debe estar sumergida en agua. A la vez, alrededor de las hojas se forma una especie de musgo que siempre tiene humedad.
Según explicaron quienes las venden, tanto Venus como Drosera odian el Sol y el viento, por eso se aconseja mantenerlas en el interior.
La venta
El vivero Millán es uno de los comercios que las trajo por primera vez. "Decidimos ponerlas a la venta como una rareza y, por ejemplo, para el Día de la Madre vendimos bastantes. La gente se acerca a ellas porque hay tantos mitos en torno a las plantas carnívoras que les llaman la atención", contó Marcos Millán.
Por su parte, Sol Sánchez, quien comenzó a venderlas justamente para el Día de la Madre, comentó que "al principio no sabía si alguien iba a querer comprarlas, pero prácticamente me las sacaron de las manos". Y agregó: "Me llamó la atención porque muchas de las personas que las vieron por primera vez llegaron a pegar un grito cuando las observaron cerrarse de golpe para atrapar un insecto".
El valor de las plantas carnívoras, que ya atrapan a los sanjuaninos, varía entre los 60 y los 200 pesos.
