Mucho más poblado que la velada inaugural (el jueves), la del viernes por la noche concentró a unas 10.000 personas, según fuentes policiales, con la magia protagónica del chileno Alberto Plaza en el predio Centro Cívico de Rivadavia, donde se realiza la Fiesta de las 2 Puntas. A lo largo de un recital que transcurrió desde las 0,30 hasta cerca de las 2,30 de ayer (con la prensa limitada para captar imágenes debido a la falta de un sector destinado específicamente para la tarea), el cantautor dedicó palabras y canciones a los 33 mineros que permanecen atrapados bajo tierra desde hace dos meses. "¡Qué emoción! Este martes podrían empezar a sacar a los mineros, ¡qué ejemplo de vida han dado al mundo! ¿no?’, lanzó el autor de Sentencia y Bandido arrancando los aplausos espontáneos de la platea.
Muy con los pies en la tierra, también dirigió su mensaje a las víctimas del terremoto que en febrero pasado asoló su pueblo mientras él estaba en Argentina, como dijo en escena; y hasta a los residentes chilenos en San Juan que hicieron flamear sus banderitas para hacer sentir su presencia.
Romance mediante, Plaza derramó pegadizas composiciones frente a cientos de parejitas primaverales, amores otoñales, grupetes de amigas (que dejaron a sus hijos al cuidado de sus maridos, para dedicarle un par de horitas a la música del alma) y familias enteras cuyos niños prefirieron divertirse entre las sillas de la platea al ritmo de esas poesías que volvían a enamorar a sus acaramelados padres.
Sin embargo, ante el silencio del intérprete, un signo de interrogación quedó flotando entre la muchedumbre y bajo el acaramelado manto de estrellas de la noche, al no ver en los coros a Coki Ramírez, la supuesta "pretendienta" de Marcelo Tinelli en Showmatch (NdR: el próximo 15 de este mes, la cordobesa compartirá su último show junto a Alberto para iniciar su carrera solista).
Rumbiero viejo, Plaza despuntó sus dotes de salsero meneando su cintura al son de temas más movidos como Pa’ Lante, arrebatando definitivamente los suspiros de las seguidoras que, cuando el reloj marcó la hora del final (a la 1,30), se negaron a dejarlo ir.
Los "no se va, Alberto no se va" de la excitada muchachada obligaron al astro a regresar con su guitarra al hombro con clásicos como De tu Ausencia, Yo quiero ver la Luna, entre otros, para despedirse con un agradecido "Hasta pronto San Juan".
