Carlos Espósito, del negocio Los Dueños de la Chancha, no podía disimular la alegría. A las 15 horas ya había vendido 6 jamones, y todavía había más de 50 personas haciendo cola frente a su puesto de venta. Fenómeno que se vivió en cada uno de los puestos que ayer participaron en la apertura de la Fiesta del Carneo Español, en el predio José Dolores del Médano de Oro, que a esa misma hora llevaban vendidos 1.900 kilos de embutidos. Eso transformó la fiesta en una feria de chacinados. La mayoría de la gente fue a comprar embutidos, y no a comer en el patio de comidas ni a presenciar el show artístico. El frío, que a esa hora era de 8 grados, fue una de las causas.
Ni los organizadores del evento ni los miembros de la Guardia Urbana de Rawson pudieron calcular la cantidad de público que concurrió ayer a la fiesta del carneo. No se cobró entrada, por lo tanto no había un registro del número de ingresantes, y la gente entró y salió en forma permanente, sin quedarse en el predio más que el tiempo necesario para comprar carneo. Cosa que llegó a demorar hasta 40 minutos. En el puesto de Mercado Pico debieron cambiar de tareas para poder satisfacer la demanda. Las tres mujeres encargadas de llenar los chorizos y morcillas tuvieron que empezar a atender a los clientes que llevaban media hora esperando. "Hemos traído los productos de seis chanchos que carneamos para participar de la fiesta -dijo Silvia, una de las vendedoras-. Ya hemos vendido 250 kilos de chorizos y 100 kilos de salame. Al ritmo que vamos, no sé si nos quede algo para vender mañana -por hoy-".
Frente a los puestos de chacinados se ubicó el escenario para la actuación de diferentes artistas locales, y dispusieron más de 300 sillas para que la gente pudiera disfrutar del espectáculo. Pero ni la actuación del Nano Rodríguez logró que los asientos fueran copados. Situación que también se vio en el patio de comidas, donde varias mesas permanecían vacías.
Es que nadie quiso perder su lugar en la fila porque la mercadería ya comenzó a escasear a eso de las 16. Y porque ni bien consiguieron concretar la compra abandonaron el predio. Es que ni los gorros ni bufandas fueron suficientes para afrontar el frío viento Sur que comenzó a soplar después del mediodía.
