La imagen del final, con el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, levantando la mano de Mauricio Muñoz, podría repetirse entre febrero y marzo del año que viene si la negociación de la pelea por el título del mundo entre el sanjuanino, retador oficial, y el campeón, el australiano Billy Dib, llega a subasta.

La Federación Internacional de Boxeo (FIB) ya abrió la fecha de acuerdo. Actualmente se transita el mes y medio que tiene el promotor del monarca para ofrecer una bolsa que conforme al challenger y su equipo, en este caso Muñoz y Rivero. Desde hace pocos meses, Dib, pertenece al Team Money Team (equipo de promoción que lidera el considerado mejor boxeador peso por peso del momento, Floyd Mayweather). Si quienes manejan a Dib no seducen con sus dólares a los argentinos, se ingresará en el plazo de 45 días para que se pongan de acuerdo, si a principios de diciembre no existiese conformidad de las partes, se llamaría a subasta o licitación.

De ocurrir esto a fines de diciembre o principios del año próximo “Negro” Rivero y la gente de TMT deberán presentar en sobre cerrado sus ofertas. El que gane se lleva la pelea a su país. La condición es que al campeón le corresponde el 75% del monto y al retador el 25%. Como acá la valoración no puede hacerse en pesos sino en dólares, de una eventual suma de 300.000 de los verdes estadounidenses; Dib se quedaría con 225.000 y a Muñoz le corresponderían 75.000.

Hoy, más que nunca, Muñoz, que retomará sus entrenamientos el próximo lunes debe enfocarse en la que será la pelea de su vida. Si uno se atiene a la fría letra del reglamento, la pelea debería hacerse antes del 7 de diciembre, cuando se cumplen los nueve meses de la última exposición de Dib (KOT 6 ante el mexicano Eduardo Escobedo). Esa fecha juega en contra de quienes manejan al monarca y a favor de Rivero que juega con el as en su manga de que su boxeador ganó sobre el ring del Aldo Cantoni el derecho a pelear por el cinturón rojo que es propiedad del gladiador australiano.

Otro dato que podría jugar para los argentinos es que Dib no se encuentra cómodo en pluma. Le cuesta dar el peso y el pasado 13 de julio probó en la categoría superior (superpluma, 58,967 kg) derrotando por puntos en dura contienda al mexicano Julio Antonio Rodríguez.

Claro que entre los puntos a favor y en contra, también queda claro que el sanjuanino deberá afrontar una preparación distinta, que incluya concentración y sparrings de jerarquía. El mismo reconoció que sus problemas de traslación ante el cubano Luis Franco se basaban en que entrena en un reducto muy reducido y que le costó adaptarse a las medidas del ring.

Billy Dib no es Franco. Es menos técnico pero más agresivo. Pega fuerte, pero también recibe. Tiene más virtudes que defectos. Pero a estos últimos los tiene y sobre ellos tendrán que trabajar Muñoz y su técnico Rubén Ojeda, a fin de aprovecharlos.