A lomo de mula, en jornadas de 10 horas y con la imagen del Cura Brochero a la cabeza. Así avanza un grupo de 16 jinetes de diferentes partes del país en la llamada Peregrinación Misionera Brocheriana, que pretende unir más de 30 pueblos entre Santiago del Estero y Misiones durante 44 días. Se trata de una travesía que nació hace unos años para pedir primero por la beatificación del Cura y que en esta edición difunde su palabra y obra justo en la previa de la canonización, prevista para octubre. Entre los gauchos misioneros hay un solo sanjuanino, el ullunero José Oscar Sosa, quien junto al grupo encara el tramo final de una odisea mayoritariamente a campo traviesa.

‘Esta peregrinación es hermosa pero también sacrificada. Son muchos días fuera de casa, con jornadas lindas y otras con frío y lluvia. Afortunadamente, en todos lados nos reciben con los brazos abiertos y siento que hay un gran cariño por Brochero’, le dijo José a DIARIO DE CUYO, en un parate de la travesía.

Fue el 18 de junio pasado que comenzó la peregrinación en mula desde el poblado de Villa Sílipica, Santiago del Estero, donde nació Mama Antulapara (que el mes que viene será beatificada) y tras pasar por Chaco, Formosa y Corrientes pretende terminar en San Ignacio, Misiones, pues allí están las ruinas jesuitas de San Ignacio Miní, donde los sacerdotes organizaron a indígenas guaraníes.

Avanzan en tramos de unas 10 horas por día, con parates al mediodía para almorzar y descansar. Y hasta ahora, en cada pueblo que llegaron generaron importantes bienvenidas. ‘Nos han estado esperando con platos de sopa caliente, sopaipillas y hasta pan con picadillo porque era lo único que tenían para ofrecer. Eso es impagable’, apuntó Sosa.

El grupo está liderado por un sacerdote, Jorge Rearte, quien además celebra misa en cada lugar al que llegan, siempre con la imagen de Brochero en el altar, y difunde también el Evangelio.

Por otro lado, si bien los gauchos están acostumbrados a cuestiones adversas, tuvieron que superar dificultades como en Chaco, cuando fueron golpeados por un temporal de lluvia y frío que los obligó a buscar refugio. Cruzar los ríos también requirió de la experiencia de los peregrinos, especialmente el Bermejo, en Formosa, que pasaron a duras penas.

El sanjuanino avanza con dos mulares, Pascual y Marisol, que va rotando para hacerlos descansar. Haber elegido mulas para ese viaje tan largo justamente tiene que ver con la resistencia de estos animales.

Hoy el grupo tiene previsto cruzar el puente hacia Corrientes y mantener el rumbo hacia el Norte. Y el objetivo de terminar el 31 de julio en San Ignacio, Misiones, se mantiene firme. En Ullum, en tanto, el centro tradicionalista Gaucho Pancho Salinas trabaja para reunir fondos y poder enviar una comisión departamental que reciba al sanjuanino y a los otros jinetes en el cierre de su cruzada de la fe.