Betty Ruarte vive en San Martín y tiene 4 chicos, dos de 14 (se llevan 11 meses), uno de 11 y uno de 8 años y manda a todos al colegio parroquial San Juan Bosco, que además de quedarle a dos cuadras de su casa, le ofrece una cuota de 25 pesos al mes. “Me conviene mandarlos porque es buena educación, además que no pago el transporte. Para mí es accesible la cuota porque la pago con la asignación. Mi esposo es discapacitado y lo poco que nos entra es por esa ayuda y el kiosquito. Cuando me dijeron que nos iban a dejar de pagar, yo los seguí mandando igual al colegio. Si me lo quitan al subsidio van a seguir yendo ahí”, dijo la señora, mientras hacía junto a sus hijos supremas para vender (foto). A los Ruarte sólo le pagaron dos meses del beneficio y lo tiene suspendido.