La ola polar se hizo sentir. Durante la partida, la temperatura apenas superaba los 10 grados. Pero los gauchos se habían preparado. La vestimenta fue adaptada al frío, en el equipaje habían cargado hasta tres mantas por personas e, incluso, mientras iban cabalgando, el mate corría de mano en mano. Sumado a eso, los hombres compartieron vasos con fernet, algún que otro licor y hasta la botella whisky. Así, le hicieron frente al frío en la helada edición de la Cabalgata de la Fe a la Difunta Correa, que puso en movimiento a agrupaciones de distintas provincias, ayer.
La concentración frente al municipio de la Capital empezó cerca de las 11, cuando el humo de las parrillas con choris comenzó a mezclarse con el vapor que salía de los hocicos de los caballos y los gauchos echaron mano al mate. Nadie había usado las botas altas de cuero con tanto placer. Y muchos de los viajeros cambiaron los pañuelos por bufandas y escondieron mullidas camperas abajo de los ponchos.
En el camino, la gente que se reunió a la orilla de la ruta para observar el desfile, también lució su abrigo. Y, mientras levantaban las manos para saludarlos, los paisanos se empinaban alguna botella de contenido fuerte para ir calentando el cuerpo. Como los hombres de la familia Pérez, de la Bebida, quienes compartieron fernet recién preparado, pero sin hielo.
Más allá de esos recaudos, todos iban preparados para lo peor: la noche en la ex bodega caucetera El Parque. ‘Esta vez, no hay quien no tenga carpa. Y nuestra agrupación lleva un camión repleto de mantas. Tenemos unas tres por persona‘, contó Jovita Torres, de la agrupación Joaquín Uñac, de Pocito.
