El locutor anunció la llegada de la Virgen y el cielo se volvió multicolor. Los fieles agitaron los 3.500 pañuelos que hicieron las mujeres de la Liga de Madres de Familia para honrar a la Medalla Milagrosa durante la procesión. Ayer cerraron las Fiestas Patronales en su honor en el Barrio Bancario, Rivadavia, en la que participaron unas 4.000 personas. Se pidió por las familias, incluso por aquellas que las personas divorciadas volvieron a formar.

Durante dos meses, las mujeres de la Liga de Madres de Familia, de la parroquia del barrio Bancario, trabajaron sin descanso para terminar con los miles de pañuelos. Los hicieron en tela vegetal y de color celeste, blanco y amarillo para simbolizar los colores del manto de la Virgen y el color con que se identifica al Papa, respectivamente. Además, a cada uno le pintaron flores de manera artesanal como ofrenda a la Medalla Milagrosa.

Hicieron 3.500 pañuelos teniendo en cuenta la cantidad de gente que participó en la procesión en años anteriores, pero faltaron. Según la Policía, unas 4.000 personas participaron en esta ocasión.

De todos modos, nadie se quedó sin agitar un pañuelo para saludar a la Virgen. Los que tuvieron uno lo compartieron de tanto en tanto con quienes no tenían para que pudieran saludar a la Medalla Milagrosa.

Antes de que comenzara la procesión, el párroco José Rosales celebró una misa dentro del templo donde también se pidió por la familia. Y para que los fieles pudieran llevar una bendición a sus hogares y a sus seres queridos, el sacerdote bendijo las llaves de las casas y de los vehículos.

Esta ceremonia la repitió luego de la procesión y fuera del templo donde volvió a celebrar misa para los fieles que no pudieron concurrir a la primera.