El seleccionado argentino de básquetbol buscará desde hoy alcanzar meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro mejores equipos del mundo, como lo hizo al menos en los dos últimos mundiales y dos Juegos Olímpicos, cuando enfrente a Alemania, en un cotejo de la primera fecha del Campeonato Mundial de Turquía. El encuentro se jugará en el Karis Has Arena, a las 15.30 de la Argentina.

Con las bajas de Emanuel Ginóbili y la reciente del Chapu Nocioni, los jugadores y el cuerpo técnico reconocen que el objetivo es meterse por quinta vez consecutiva entre los cuatro semifinalistas del torneo.

Argentina finalizó segunda en Indianápolis 2002, fue campeona en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cuarta en Japón 2006 y tercera en los Juegos Olimpicos de Pekín 2008.

Para Argentina, que ocupa el número uno en el ranking de la FIBA, será clave ganar el grupo A, lo que le serviría a priori -para evitar un cruce peligroso en octavos de final y no tener que enfrentar a la actual campeona del mundo, España, en un eventual choque de cuartos de final.

Sesenta años después de su único título mundial, Argentina apoya su ambición en el oficio, el carácter y el temple de un conjunto cuyo quinteto inicial (Pablo Prigioni, Carlos Delfino, Hernán Jasen, Luis Scola y Fabricio Oberto) cuenta con una química difícil de igualar por los otros equipos.

La columna vertebral argentina está conformada por Scola y Prigioni, quienes se conocen desde sus años en el TAU vasco, y el talentoso Delfino, quien brilló en la etapa preparatoria y con sus actuaciones logró hacer olvidar momentáneamente a Emanuel Ginóbili.

En tanto, la ausencia de Nocioni obligará a Delfino, Scola, Oberto, Quinteros y Leonardo Gutiérrez a tomar mayores responsabilidades ofensivas, mientras que el bahiense Jasen y el correntino Federico Kammerichs deberán ocuparse del aspecto defensivo, con fuertes marcas y toma de rebotes.

Los puntos flojos del seleccionado que conduce técnicamente Hernández son el elevado promedio de edad (29,8 años), los recurrentes problemas musculares de varios jugadores y la falta de garantía en los recambios.

Y el primer examen lo tendrá contra la renovada Alemania, en un enfrentamiento que lo coloca como favorito para el triunfo.

Argentina nunca perdió con Alemania en sus tres enfrentamientos en Mundiales: Canadá 1994 (85-71), en Indianápolis 2002 (86-80) y en Japón 2006 (77-66).

El equipo germano ha tendido que adaptarse a jugar sin Dirk Nowitzki, quien absorbía el 90 por ciento de las jugadas ofensivas. Es un equipo joven, que tiene gente muy alta para pelear los rebotes, donde se destaca el ala pivote Jan Hendrik Jagla.

A la vez, cuenta con buenos armadores como Steffen Hamann y Heiko Schaffaertzik, aunque carece de un escolta nato. En tanto, defensivamente son ordenados, agresivos y es difícil pasar la primera línea. Por lo tanto es un rival como para tomar los recaudos necesarios y no tener ninguna sorpresa.