Buenos Aires, 30 de mayo.- El disfraz fue un suceso en el barrio. Generó la admiración de los niños, que creían que estaban en presencia de nada menos que el increíble Hulk, pero para él, se transformó en una pesadilla…
Necesito más de 25 baños y aún así, no logra sacarse la pintura verde del cuerpo. Paulo Henrique dos Santos, un bañero brasileño participó de una fiesta el domingo por la noche, y aún tiene rastros de su jugado disfraz en su cuerpo.
Es que el moreno se pintó todo el cuerpo con dos frascos de maquillaje, como había hecho el año pasado, pero esta vez, su disfraz le jugó una mala pasada.
“Me pase horas en el baño y nada. Tuve que pedirle ayuda a mi novia y vecinos para que me froten”, dijo indignado Paulo, que amenazó con demandar a la compañía.
La próxima vez que quiera convertirse el Hulk lo pensará dos veces este muchacho
