Huellas de arrastre, trozos de plástico, surcos y pequeños pozos en el asfalto. Esas inconfundibles marcas dejaron en la calle, a lo largo de unos 40 metros, los cuatro tumbos que, por lo menos, dio una flamante camioneta Ford Ranger antes de terminar su descontrolada marcha, totalmente desfigurada, con su conductora llena de espanto en el interior, amarrada al cinturón de seguridad, la clave de su superviviencia. El impresionante vuelco ocurrió alrededor de las 13.20 de ayer en la avenida de Circunvalación y dejó a esa mujer con una fractura en su tobillo derecho, golpes, heridas leves y un susto de película. Y todo por esquivar un perro callejero, dijeron ayer un tío y el marido de la víctima.
La protagonista de ese accidente fue Leticia Deguer, de 31 años, quien vive con su marido Martín Vega (empleado público) y sus dos hijos de 11 y 6 años en el barrio Manantiales, en Trinidad Capital. Según sus familiares, ayer al mediodía la mujer dejó a sus chicos en la escuela y luego enfiló en esa Ranger casi 0 km (la tienen desde hace dos meses, precisaron) rumbo a un gimnasio en inmediaciones de Paula Albarracín de Sarmiento e Ignacio de la Rosa, en Capital.
Deguer circulaba por el carril Este de la avenida de Circunvalación, pero unos 250 metros al Norte del cruce con el puente de Paula A. de Sarmiento, un perro en su camino -dijeron en la familia- hizo que perdiera el control de la camioneta y en una desesperada maniobra terminara a los tumbos.
En la policía suponían ayer que la mujer dio un volantazo y que esa maniobra provocó la desestabilización del vehículo, que empezó a dar tumbos el asfalto hasta que frenó.
"Mi señora nos dijo que todo pasó por un perro que se le atravesó. Tiene golpes, algunas escoriaciones y un tobillo fracturado, pero ya está en casa. El cinturón la salvó, si no hubiera salido despedida", dijo Vega.
"Esperamos contar con el testimonio de la conductora para establecer con precisión qué fue lo que ocurrió y así determinar qué causó el accidente, si un perro o si está involucrado algún otro vehículo", dijo el segundo jefe de la seccional 28va., el subcomisario Carlos Arias, presente en la escena del siniestro. Allí también apareció una perra, pero desde la seccional 28va. aseguraron que no es la que se atravesó sino una que está en esa sede policial y había seguido a los uniformados que salieron a intervenir por el accidente.
