Ayer, Roque Miguel Mercado (53) no tenía que ir a trabajar en el ajo con su esposa riojana Elva Granado (48) ni cuatro de los siete hijos que tuvieron. Pero la costumbre de levantarse temprano lo sacó de la cama con la primera claridad y en minutos armó unos mates con su mujer mientras aprovechaba la brisa fresca de la mañana, sin saber que sería la última. Fue ahí que Elva caminó unos pasos hasta la casa de una de sus hijas, cercana a la suya en el barrio El Molle, Rawson, para despertarla. Y fue ahí que desistió -dijo- cuando empezó a recibir los insultos y las amenazas de siempre de su vecino Juan Antonio Andino (28) para que se fueran, porque les iba a quemar la casa. Elva aseguró que no le dio importancia porque Andino amenazaba a su familia cada vez que se emborrachaba. Por las dudas, prefirió entrar. El que siguió en la vereda, sin embargo, fue su marido que -según Elva- trató de calmar al agresivo joven diciéndole que se fuera, que hablarían cuando estuviera sano. Y se quedó en la vereda, con un palo que al final ni llegó a usar. En la Policía y la misma familia de la víctima aseguran que Andino se fue entonces hacia donde estaba el grupo de ‘parranda’ que lo acompañó desde las 2 (unos 10 sujetos) hasta que volvió con un cuchillo que nadie vio en su cintura, y que sacó sorpresivamente para dar una certera estocada en el costado izquierdo del pecho de Roque, cuando lo tuvo a tiro.
Ahí, Andino fue retirado por los de su grupo. Mientras, Roque caminó por el angosto pasillo hacia su casa tomándose el pecho, amagó con devolverse y se desplomó, desvanecido.
En principio, Elva no se preocupó, pensó que la herida había dado en el hombro. Pero la indignación pronto fue ganando terreno porque la ambulancia tardó una vida en llegar: en la Policía y la familia Mercado Granado aseguran que demoraron al menos 40 minutos en aparecer y que cuando lo hicieron, fue tarde. Para entonces Roque había pasado de un parpadeo lento sin decir palabra a un final lastimero, con abrazos interminables de los suyos y su rostro mojado en la lluvia de lágrimas de su esposa y sus hijas, impotentes, incrédulas de ver esa amada vida escapándoseles entre los dedos, escurriéndoseles ante los ojos con cada gota de sangre.
El ataque ocurrió minutos antes de las 8 de ayer. Y enseguida el caso pareció esclarecido: Andino fue apresado por policías de la Seccional 6ta y no intentaría ninguna explicación para justificarse. ‘Solo dijo que no se acordaba de nada’, mencionó un jefe policial. Otras fuentes aseguran que en realidad desde hace tiempo hay denuncias cruzadas entre ambas familias.
Ya cerca del mediodía, los mismos policías recuperaron el cuchillo del crimen y apresaron a la esposa de Andino, a su hermana y a un hijo de 14 años de esta última mujer, porque se supone que encomendaron al menor esconder el arma en unos matorrales de ruta 40 y Progreso. A la misma hora, familiares y amigos de Roque apedreaban y destruían los vidrios de la casa de Andino (situada apenas a tres de la de su víctima en la Manzana E), lo que derivó en la detención de 8 menores, según la Policía.
¿Por qué el crimen? Elva, alcanzó a dar su versión, quebrada: ‘El año pasado, como en julio, mi hija y la mujer de ese asesino se pelearon por los niños. Ahí me metieron presa también porque decían que yo la había amenazado con un arma, pero eran mentiras. Desde esa vez que nos provocaba y nos decía que nos fuéramos porque nos iba a quemar la casa. El sábado hubo otro problema más porque la mujer de él dijo que uno de mis hijos le había pegado y fue otra mentira’, aseguró.
Ayer, otra indignación grande de los Mercado Granado fueron sus reclamos no escuchados: ‘La ambulancia tardó como una hora y yo llamé a la Policía apenas empezó a insultarnos como una hora antes y nunca vinieron, si hubieran venido a tiempo esto no hubiera pasado’, se quejó Elva, llena de angustia y bronca.
