Samuel Eto’o demostró esta temporada que quienes dudaban de su capacidad estaban equivocados, al eclipsar a otros delanteros en la actual campaña del Chelsea en la Liga Premier y la Liga de Campeones del fútbol europeo.

Pero al veterano futbolista de 33 años le resultará difícil dejar su marca cuando salga como capitán de la selección de Camerún en su cuarto y probablemente último Mundial en junio. Pocos dan a Camerún probabilidades de avanzar en su grupo, donde enfrentará duros oponentes como México, Croacia y el anfitrión Brasil. En sus 3 participaciones anteriores, (Francia 98, Corea y Japón 02 y Sudáfrica 10) tampoco pudo superar la primera fase.

Además, los problemas no son sólo los otros equipos. El año pasado, Eto’o acusó a sus compañeros de la selección de no pasarle el balón, aumentando las fricciones en un equipo que ha tenido problemas para mantenerse a la altura de los gloriosos días del Mundial de 1990, cuando Camerún llegó a cuartos de final.

Eto’o anunció el año pasado que se retiraba de la selección, pero rápidamente revirtió la decisión afirmando que el presidente de Camerún le había rogado que siguiera en el equipo.

Pese a todo este drama, el Mundial da a Eto’o la oportunidad de establecer su posición como el futbolista más importante de Africa en la historia.

Eto’o ha anotado 55 goles en 112 partidos con su selección desde su debut como internacional a los 16 años. Cuando era niño se ganó el sobrenombre de ‘Pequeño Milla‘ por el delantero Roger Milla -quien brilló en la Copa Mundial 1990-, llevó el fútbol africano a un nuevo nivel. Ha sido seleccionado como el mejor jugador del año en el continente en cuatro ocasiones, un hecho sin precedentes.

Eto’o carece ahora del ritmo explosivo que lo ayudó a marcar 152 goles con el Barcelona, pero sus ritmo goleador con Chelsea esta temporada ha servido para responder a quienes cuestionaban si aún podría competir a niveles más altos tras dos años de oscuridad con el equipo ruso Anzhi Makhachkala.

A medida que se acerca al final de su carrera, Eto’o tiene planes para la vida fuera de las canchas. Además de abrir academias para preparar a jóvenes en su país y el vecino Gabón, ha creado una empresa de telefonía móvil que lleva su nombre en Camerún.

Algunos de sus seguidores dicen que podría estar planeando una carrera política, un lujo que podría darse luego de haber jugado para los clubes más ricos de Europa.