El vanguardismo universitario que busca impactos sociales gracias a las libertades supremas, sigue sorprendiendo más allá de los exabruptos ideológicos -se premió a Hugo Chávez como paladín de la libertad de prensa tras confiscar medios y encarcelar a periodistas-, sino con exhibiciones obscenas que chocan con el sentido común.

La demostración de cultura "posporno", con sexo explícito en un espacio abierto de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el miércoles último, no fue un ensayo de laboratorio sino una ofensa a pública, tanto por el acceso para cualquier persona que pasara por el lugar sino porque las imágenes ganaron rápidamente las redes sociales con trascendencia mundial.

El ministro de Educación, Alberto Sileoni, sostuvo que el ámbito académico no es el propicio para una muestra porno como la exhibida en la UBA, y quienes la organizaron se confundieron tanto de lugar como de la práctica que quisieron desarrollar. El funcionario dudó sobre si el objetivo fue llamar la atención, ya que hay una discusión sobre ciertas libertades sexuales, y si en el marco de esos avances en la sociedad se puede discutir el concepto de "posporno" y analizarlo en profundidad, pero no de la manera aquí planteada.

A este rechazo se sumó el rector de la UBA, Alberto Barbieri, asegurando que se tomarán las medidas correspondientes, según lo conversado con el decano de la facultad involucrada, y hasta el Centro de Estudiantes se quejó por el escándalo promovido por un área extracurricular y los objetivos perseguidos por los responsables, entre los que estarían profesores, investigadores y estudiantes. Sin embargo, la facultad emitió un comunicado justificando la performance de características pornográfica del ciclo cultural "Miércoles de placer", actividades organizadas por el Área de Comunicación, géneros y sexualidades de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, con una perspectiva crítica que problematiza las visiones hegemónicas al respecto, dice.

Arremetiendo contra el repudio generalizado, el comunicado sentenció que la universidad pública constituye un ámbito de libertad irrestricta, pluralidad ideológica e intercambio permanente de ideas. "Se trata de una comunidad integrada por personas adultas que asisten a cada aula, auditorio o espacio de uso público con pleno conocimiento de los contenidos de cada propuesta". El progresismo aquí no advierte que la degradación no es parte de la cultura y menos consagrada en un Estado de derecho.