�En esta problemática, las familias son el principal actor, debido a que los niños aprenden hábitos alimenticios en su hogar.
“Los niños pasan muchas horas fuera de su casa, en la escuela o en el club. Entonces es fundamental que estos lugares cuenten con cantinas saludables, que ofrezcan frutas y otro tipos de alimentos”, señaló la doctora Mariela Alassia, directora asociada del hospital. En los estratos más bajos es más notorio el sobrepeso. Con sólo comparar el precio de un kilo de fideos con uno de carne, es evidente que el bolsillo se inclina hacia la primera opción. “Los hidratos de carbono son alimentos disponibles a bajo precio, por ejemplo un kilo de pan. Esto genera malnutrición por no seguir una dieta equilibrada, que no incluye frutas, verduras o proteínas”, planteó la pediatra.