“A los 9 años me roció con nafta y me quiso prender fuego. Me salvó mi papá”, dijo A. H. (se reserva su identidad por cuestiones legales). Ella es la segunda hija de Marisa S., la mujer que denunció a un matrimonio porque no deja que vea a su niña de 9 años, a quien dejó al cuidado para irse a trabajar a Córdoba. El matrimonio, por su parte, exhibió documentación judicial con la tenencia de la menor ya que Marisa aparentemente se fue a Córdoba y dejó abandonados a todos sus hijos, en un polémico caso que tramita el Primer Juzgado de Menores. Ayer, A.H. relató aspectos de su vida y dijo que lo mejor que le puede pasar a su hermana es que no vuelva con su madre.
“Mi mamá es una persona mentirosa y siempre se hizo pasar por víctima. Ella estuvo presa por molerla a palos mi hermana mayor, a mí me quiso prender fuego y a mi hermana de 9 años nunca la quiso. Ahora está interesada porque necesita los certificados de escolaridad para cobrar la asignación familiar”, contó.
Según dijo la chica, de 18 años, su mamá dormía hasta tarde y luego salía durante horas. “Yo me encargaba de la casa, de llevar a mis hermanos a la escuela, de hacer la comida, estudiaba y trabajaba. Desde los 11 años que trabajo. Hice limpieza en el Jockey, vendí panchos y diarios”, expresó.
El caso salió a la luz porque Marisa informó que cuando se fue a trabajar el año pasado a Córdoba, dejó al cuidado de un matrimonio a su hija de 9 años (a otro de 15 años lo tiene otra familia, pero con él sí tiene contacto). A.H. se quedó con su hermana mayor, mientras que se llevó a Córdoba a su niño de 5. Dijo que mantuvo vínculos telefónicos y que envió dinero, pero que todo cambió el mes pasado, cuando el matrimonio (se reserva la identidad) impidió su contacto con la menor. Entonces volvió a San Juan y se presentó ante la Justicia y la Policía para lograr la restitución. Pero la pareja en cuestión indicó que tiene la guarda de la nena por decisión de la Justicia, que Marisa tiene antecedentes de maltrato infantil y que le restringieron el contacto por pedido de la Asesoría de Menores, para protegerla.
“Lo mejor que le puede pasar a mi hermana es que siga con esa familia. Ahí va a estar protegida y cuidada. Cuando yo no podía mandarla a la escuela, directamente ella faltaba. Yo era la que iba a las reuniones, a los actos; si hasta las zapatillas o las cosas de la escuela se las compraba yo. Mi mamá se fue a Córdoba y me dejó 50 pesos para que me arreglara. Y no sólo eso, a los días nos desalojaron porque hacía meses que no pagaba el alquiler. Dice que mandó plata y es mentira, pero eso sí, cobró todos los meses la asignación. Una madre no hace eso”, dijo A.H.
Por su parte, Marisa expresó que no quiere confrontar con su hija. “Si fui como ella dice, ¿entonces por qué no intervino Minoridad y me sacó a los chicos? Yo voy a seguir luchando por mi niña”, apuntó.
