De los 1.149 millones de dólares que exportó San Juan el año pasado, el 70,15 por ciento correspondió a productos de base minera, según las estadísticas oficiales dadas a conocer por el Gobierno local. El vicepresidente de la Cámara Minera de San Juan (CMSJ), Jaime Bergé, fue más allá de la euforia oficial al pronosticar que la provincia será líder en Cuyo en un par de años, gracias a la actividad metalífera fundamentalmente.
El dirigente empresario señaló que este año empezará a trabajar “a pleno” la mina jachallera de Gualcamayo, que aportará unos 250 millones de dólares más al volumen de exportación. A eso se sumará la mina calingastina de Casposo, que entraría en producción entre septiembre y octubre de este año –según lo anunciado- para aportar otros 100 a 150 millones de dólares el año que viene. Luego se sumará Pascua Lama.
“Tenemos una proyección 10 veces mejor que nuestras provincias vecinas. Mendoza ha estado exportando alrededor de 1.200 a 1.300 millones de dólares. San Juan ya está cerca de ese volumen y con el crecimiento del 2010 y 2011 vamos a superarla”, dijo Bergé. Iguales previsiones se escuchó en los pasillos del Centro Cívico, aunque off the record.
El año del bicentenario se presenta mejor que 2009, en varios aspectos. Según Bergé, el 70 por ciento de productos mineros comprendidos en las exportaciones sanjuaninas se compone por alrededor de un 55 por ciento de base metalífera y un 15 por ciento de no metalífera. En este segundo grupo, manda la cal. El año pasado San Juan exportó en ese rubro entre 180 y 200 millones de dólares, dijo el vicepresidente de la CMSJ.
“El mercado interno se deprimió mucho. Aquellos que producían cal de construcción, que es la de calidad inferior, tuvieron una crisis muy fuerte en 2009. Lo sufrieron todos los caleros pequeños de Los Berros y algunas fábricas. Pero en lo que se refiere a la cal industrial, como la que producen todas aquellas plantas industriales caleras grandes, la situación fue diferente: exportaron a Chile así que no les afectó tanto la depresión del mercado interno”, explicó Bergé.
Agregó que en Chile el consumo de la actividad metalífera no disminuyó, porque la actividad minera metalífera no se frenó. Sí se retrajo la actividad de exploración. “Pero las minas que estaban en producción, no pararon”, insistió. Las grandes caleras, si bien no tuvieron ganancias extraordinarias, lograron mantener el volumen de ventas de años anteriores.
2010 también se presenta mejor para el campo de la exploración, que ha entrado en recuperación.
“Todos aquellos prospectos que se pararon el año pasado por falta de capital debido a que las bolsas del mundo se habían desplomado y no había dinero disponible, ahora que se recuperaron bastante las acciones, eso ha hecho que muchas empresas estén reactivando las exploraciones en Argentina”, advirtió Bergé.
La industria minera deja en San Juan lo que deja cualquier otra industria, según el vicepresidente de la CMSJ. Hizo la comparación, incluso, con una automotriz que eventualmente se instalara en la provincia. Agregó que, en materia tributaria, el Estado nacional “no le perdona nada” y que lo único que establece la Ley de Inversiones Mineras es la estabilidad fiscal por 30 años, a contar desde el momento del inicio del proyecto.
