Para el juez Guillermo Adárvez, dos situaciones probaron que el sargento retirado de la policía, Antonio Quijano, fue una pieza clave en un asalto a mano armada perpetrado por tres mendocinos el pasado 5 de agosto en Capital: el hecho de que un policía atestiguara que halló caliente el radiador de su Ford Taunus y que dos de los asaltantes, en su huida, se metieran directamente a su departamento en un primer piso del barrio Enoé Bravo, en Santa Lucía, donde hallaron un bolso con cosas de uno de ellos que no portaba durante su escape, dijeron fuentes judiciales.

Por eso el magistrado procesó con prisión preventiva a Quijano por participación principal en ese asalto: sospecha que acercó en su auto a los ladrones hasta el lugar del asalto y los alojó en su casa. También procesó a los supuestos delincuentes: los dos mendocinos detenidos en el interior de su departamento, Carlos Emanuel Ortega (26 años) y Maximiliano Alejandro Cabañez (24). Y Leandro Maximiliano Sánchez Villalba (24, con libertad condicional), arrestado cerca de la casa de Quijano con una fractura en el peroné de su pierna derecha, por un disparo que nunca se supo quién realizó: si sus cómplices cuando atacaron a tiros a la víctima que los había seguido en su auto, o por algún vecino cercano a la casa donde intentaron meterse cuando ese comerciante los sorprendió.

Todo comenzó alrededor de las 19.40 del pasado 5 de agosto en el "Mini Shop" que Gustado Delicia tiene en 527 Norte de avenida Rawson (esquina Chile), en Concepción, Capital. Ese día dos delincuentes con armas obligaron a tirarse al piso a tres clientes, dos preventistas y una empleada, para luego robar unos 400 pesos.

Según el expediente, Delicia, el dueño, los vio entrar y se fue al fondo con intenciones de salir por otro lado para pedir ayuda, pero por esa otra salida vio a tres ladrones en pleno escape y resolvió seguirlos en su auto con los dos preventistas. Los encontraron cerca, en Maipú casi Rawson, y ahí el comerciante les frenó muy cerca, provocando que se metieron al fondo de una casa de la que salieron enseguida para encarar a tiros y poner en fuga a Delicia y los preventistas.

Con la policía alertada, un uniformado vio cuando unos sujetos bajaron del auto del comerciante y salieron a toda carrera. En la confusión, se topó con Sánchez Villalba herido, quien lo distrajo mintiéndole que había sido asaltado por sus cómplices. Después cayó preso y siguiendo el reguero de sangre, encontraron una pistola calibre 3.80 (robada en Capital) usada en el asalto.

Los ladrones se escondieron en la casa de Quijano, pero el policía no los dejó entrar y hasta les exigió orden de allanamiento hasta que cedió y apresaron a todos. En su declaración, Quijano y su mujer dijeron desconocer a los ladrones. El ex policía también dijo que su auto no funcionaba. El juez no le creyó y ahora irá a juicio: el procesamiento en su contra, quedó firme.