El secreto se rompió en junio de 2011. Aquel mes la esposa del gremialista recibió una sorpresa por partida doble: a través de su mamá se enteró que su esposo había manoseado a su hermana cuando era adolescente (ahora tiene 20 años) y la habían dejado en su casa porque su papá estaba internado. Cuando la mujer le contó a la mayor de sus hijas esa desagradable novedad, se topó con el mazazo de una peor pues esa joven se despachó sin medias vueltas con una verdad mucho más dolorosa: le dijo que una hija menor del matrimonio (hoy de 16 años) había sido violada por el mismo sospechoso a la edad de 13 años. Cuando la sorprendida y dolida madre quiso constatar lo que le dijeron, recibió un sí como respuesta, la precisión de que habían sido dos los ultrajes sexuales y un vendaval de lágrimas.

Ahí el caso se judicializó. El hombre que es gremialista e hijo de un encumbrado dirigente sindical (su identidad no se divulga para proteger a las víctimas), fue echado de la casa por su esposa, que puso la denuncia en la Policía, llevó a su hija al médico legista y este profesional confirmó que la chica ya no era virgen.

Un par de informes psicológicos revelaron luego, sin dudas, que la niña no fabulaba y mostraba inequívocos signos de abuso sexual, emocional y físico, al punto de crear varias conductas (paranoia, hipervigilancia, culpa, angustia) que perjudicaban su normal desarrollo y recomendaban un tratamiento psicológico.

Estos últimos informes fueron los que llevaron al juez Guillermo Adárvez (Tercer Juzgado de Instrucción) a ordenar la detención del sospechoso de 44 años el pasado 14 de agosto. Días después y luego de intentar en vano conocer su versión de los hechos (el hombre se abstuvo de declarar), le dictó prisión preventiva por el grave abuso sexual cometido contra su propia hija, dijeron fuentes judiciales.

La investigación del caso sirvió para revelar algunos patrones de conducta perversa del gremialista, pues una de sus hijas reveló que una vez lo sorprendió en la habitación de las chicas cuando se cambiaban. Y otra hermana de su esposa contó que años atrás vio cómo el sujeto buscaba exhibírsele para masturbarse delante suyo, dijeron las fuentes.

Ahora se viene un segundo tramo de la investigación contra el mismo sujeto, el que permitirá saber si debe o no ser procesado también por los manoseos cometidos contra su cuñada cuando era adolescente. La joven reveló que cuando tenía 12 años y debió quedarse en la casa de su hermana, el gremialista se metía en su habitación, le tocaba sus partes íntimas y cuando ella reaccionaba se metía bajo la cama o salía corriendo, precisaron voceros del caso.

La denuncia contra el sujeto derivó en la destrucción de algunos vínculos familiares, porque su esposa lo echó de la casa pero luego debió admitirlo de vuelta por pedido de sus hijas. Según la denunciante, su marido intentó tener con ella una vida sexual como antes, pero como no se lo permitió un día la amenazó y la golpeó. Fue en marzo pasado, cuando lo denunció y fue detenido. Aquella vez salió a los días, ahora todo indica que pasará un largo tiempo preso.