Los testimonios de varias personas que superaron un ataque cerebrovascular (ACV) y de médicos dedicados a tratarlo fueron recopilados en el primer documental argentino sobre la enfermedad.
Se trata de una coproducción del canal Encuentro con la Fundación para el Estudio de las Neurociencias y la Radiología Intervencionista (Feneri), que será transmitido hoy a las 22, cuando se conmemora el Día Mundial del ACV.
‘Era imprescindible tener un documental como este porque hablamos los médicos y los pacientes con casos concretos sobre el ACV‘, explicó Pedro Lylyk, presidente de la Asociación Argentina de Ataque Cerebral (AAAC).
El neurocirujano rescató ‘el hecho de que un grupo de pacientes nos hablen de su ACV y su experiencia para que el mensaje llegue más rápido a todos‘.
Lylyk recomendó estar atentos a los dolores de cabeza fuertes, pérdidas bruscas y temporales de la visión, fallas en los movimientos y al hablar ‘para poder ir rápido al neurólogo y averiguar si hay algún riesgo de ACV y tratarlo a tiempo‘.
Uno de las personas recuperadas que aportó su testimonio es el sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff, de 75 años, que sufrió un ACV cuando tenía 68. Kusnetzoff explica en el documental que la señal del ACV que tuvo ‘fue un dolor de cabeza tan intenso como nunca antes había sentido‘. Recordó que en aquel momento ‘empecé a decir cosas incoherentes, sin darme cuenta de que estaba en la antesala de un ataque‘. ‘A las horas perdí el conocimiento, estuve internado cuatro meses y luego de superar el ACV, unos médicos me realizaron en casa tratamientos de reeducación neurolingüística para recuperarme de las secuelas‘, cuenta.
Para Kusnetzoff, lo que le provocó el ACV es que ‘estaba tomando medicación para controlar la presión y una vez que la controlé, la abandoné, cuando el tratamiento de la hipertensión debe ser de por vida para evitar que se generen coágulos‘.
En igual sentido, Anabel Ribotta, una ama de casa cordobesa de 59 años que sufrió un ACV a los 43, cuenta que antes de padecer ese episodio su cuerpo fue expresándose durante toda la mañana. ‘Me sentía muy rara, , arrastraba la lengua al hablar y sentía que tenía la mirada perdida‘. ‘Oía que hablaban a mi alrededor y no podía prestar atención a lo que decían porque estaba como dispersa, pero nunca pensé que eran alertas de un posible ACV‘, puntualiza.
La mujer recuerda que ese día la habían visitado familiares. ‘Cuando se fueron de mi casa, yo quise lavar una papa, y al tomarla con la mano izquierda, la papa se me cae, la levanto y se vuelve a caer y ahí fue cuando la angustia me invadió por completo, porque recordé la tasa de café que se le había caído a mi tía cuando sufrió un ACV‘. ‘Ahí llamé inmediatamente a mi médico, quien me pide que acuda ya a la clínica y ahí me detectan un coágulo‘ que le estaba provocando un ACV que ‘lo trataron a tiempo con éxito, por lo cual no necesité rehabilitación‘.
Además de testimonios y factores de riesgo, el documental hace eje en los hábitos de vida que disminuyen el riesgo de sufrir un ACV como no fumar, realizar actividad física, mantener una dieta sana y no consumir alcohol.
