En el ámbito nacional se encuentra en pleno debate un tema que resulta muy conflictivo: la posibilidad de otorgarle a la unión de personas de un mismo sexo la calidad de matrimonio. Lo primero que hay que decir es que siempre debe dejarse a salvo la dignidad de las personas de inclinación homosexual, como la de cualquier ser humano. Los seres humanos -todos- poseemos una igualdad esencial que proviene de nuestra condición de hijos de Dios. Nadie, entonces, puede constituirse en juez de su prójimo. No hay razón alguna, desde esta perspectiva, para denostar a las personas homosexuales, a las que se les debe el mismo afecto y consideración que a cualquiera otra, sin distinción de ninguna especie.
Dicho esto, creo que con la misma firmeza debe explicarse que la homosexualidad es un grave desorden que atenta contra el orden natural, por lo que no debe legitimarse bajo ningún aspecto. El matrimonio es la unión estable entre un hombre y una mujer. Es así por definición y por tradición. El derecho romano, varios siglos antes de Jesucristo, legislaba así el matrimonio. Así ha sido sostenido en las diversas culturas y legislaciones en el mundo a lo largo de la historia. No es, por tanto, una cuestión sólo "religiosa", aunque vale recordar que todas las grandes religiones (islamismo, judaísmo y cristianismo) rechazan la homosexualidad. Por otra parte, tampoco es en absoluto cierto que lo propuesto sea una "tendencia mundial". Es todo lo contrario. Sólo ocho países en el mundo han receptado un proyecto de esta naturaleza: Suecia, Noruega, Holanda, Bélgica, España, Portugal, Canadá y Sudáfrica. En Estados Unidos, sólo 6 de sus 50 Estados confederados lo han hecho. De modo que, en el mundo, el mal llamado "matrimonio homosexual" carece por completo de reconocimiento legal.
Ahora bien: ¿no sería discriminatorio impedirles a los homosexuales casarse? La respuesta negativa debe ser rotunda. Discriminar es distinguir sin razones, y acá hay razones contundentes. Por otra parte, si acepto que la homosexualidad es "una forma diferente de vivir la sexualidad", ¿porqué no debería aceptar lo mismo respecto de la bigamia, o del incesto, o de la pedofilia? No estoy comparando; simplemente estoy dando ejemplos de otros que podrían plantear discriminación si se acepta el "matrimonio" homosexual. Las razones por las cuales la sexualidad debe ser vivida entre un hombre y una mujer son más que evidentes: razones anatómicas, fisiológicas, psicológicas, sociales, culturales y morales.
La humanidad vive hoy momentos de gran confusión existencial. El relativismo ha hecho estragos. Se confunde opinión con verdad y se cree que hay tantas morales como personas actúan. Si esto fuera así, todo valdría. Pero todos, sin excepción, en lo más profundo de ese reducto inviolable que es la conciencia, sabemos que no es así.
