La gingivitis está asociada principalmente a una defectuosa o incorrecta higiene bucal, que facilita la formación de la denominada placa dental. Esta se forma por la acumulación de restos alimenticios, células epiteliales muertas y mucina. La placa dental proporciona un medio ideal para el desarrollo de numerosos microorganismos responsables de ocasionar esta afección como también las caries. También contribuyen en el desarrollo de la gingivitis la acumulación de sarro, malas arreglos dentales, cierre defectuoso de la dentadura y la acumulación de restos de alimentos entre los dientes.

Estos problemas bucales son más comunes en la infancia y adolescencia; en las mujeres, debido a las variaciones hormonales que se suceden, son también muy frecuentes, sobre todo durante el período menstrual y el embarazo. En este último, habitualmente, las encías aumentan de tamaño y se inflaman levemente.


Cuadro clínico


En su forma de presentación simple, la gingivitis se manifiesta como un enrojecimiento intenso de la encía alrededor de la base de los dientes, asociado a una hinchazón local sin que provoque dolor. Es muy común que sangren habitualmente ante el traumatismo leve como, por ejemplo, cepillarse los dientes.

Una complicación que puede suceder es la progresión del cuadro hacia la profundidad de la encía, produciendo una periodontitis.

Otra forma de presentación es la gingivitis descamativa, en la cual los síntomas anteriores se intensifican y es muy dolorosa. Este tipo de gingivitis es más común en las mujeres menopáusicas por la caída de los niveles de hormonas sexuales.

Esta enfermedad puede ser la primera manifestación de un cuadro de tipo sistémico, como una falta de vitaminas, infección por herpes virus, SIDA o diabetes. Por lo que no debe ser subestimada.


Tratamiento


La correcta higiene dental es la manera más práctica para prevenir la instalación de una gingivitis. El cepillado todos los días, así como el uso de hilo dental, elimina eficazmente la placa dental. Es ideal que sea realizada periódicamente la visita al odontólogo o el higienista dental para que realice una adecuada limpieza. Además de una correcta higiene, el enjuague de la boca con líquidos especiales que contienen sustancias que combaten a las bacterias, contribuye enormemente a revertir el cuadro inflamatorio.

(Fuente: LatinSalud.com)