El caso por la terrible historia de esa adolescente de 14 años que fue rescatada en mayo pasado de su cautiverio en Capital, que era obligada a prostituirse y a la que pretendían vender, tiene ya sus primeros procesados. Son sus dos hermanas y su cuñado, acusados de haberse confabulado para hacer desaparecer a la chica, tenerla amenazada, drogada y oculta para ofrecerla como mercancía sexual, y planear entregarla a cambio de dinero a una organización mafiosa de Santa Fe. El juez federal Leopoldo Rago Gallo dictó el procesamiento contra todos ellos por el delito de Trata de Personas.
La oscura trama involucra principalmente a Yésica Cortese (28), acusada por la explotación sexual de su hermana menor, con intenciones de venderla, y por otra chica que tenía retenida en su casa, dijeron fuentes judiciales. Otro procesado fue su cuñado, Federico Elías Fernández (27), también acusado por Trata de Personas y tenencia ilegal de dos DNI, además lo investigan por las armas secuestradas en su domicilio. El juez Rago Gallo dispuso la prisión preventiva para este último y Cortese. Distinta es la situación de la otra procesada, Nancy González (31), hermana de Cortese y mujer de Fernández, a la que le achacan participación secundaria en toda la trama y podría ser excarcelada. Hay un cuarto imputado, aún prófugo, identificado como ‘Carucha’ Astudillo, según la causa.
El caso de esta jovencita de 14 años, hermana de las dos procesadas, comenzó en mayo del 2011. Tras la partida de su madre a Buenos Aires, ella quedó al cuidado de Cortese, quien se dedicaría a la prostitución y supuestamente contactaba clientes para ofrecer a otras chicas, según la causa. Curiosamente, el 7 de noviembre la menor desapareció de la casa de Cortese, en Rawson. Al enterarse, su madre regresó a San Juan y buscó ayuda en el Juzgado de Menores y la Comisaría del Menor. Sin embargo, nunca la localizaron. Eso sí, su yerno Federico Fernández supuestamente empezó a amenazarla y le dijo ‘la gorda está bien, tiene casa y comida’, en referencia a su hija menor.
El 15 de febrero pasado, esa jovencita apareció en casa de otra hermana, en Rivadavia, pidiendo ayuda. Estaba drogada, asustada y cambiada en su aspecto. Alcanzó a contar que la estaban prostituyendo y que Fernández la había ‘entregado’ a un amigo ex policía, pero en ese momento llegaron unos desconocidos en un auto y se la llevaron.
Esa fue la prueba de que estaban frente a un caso de trata de personas. El juez Rago Gallo con Gendarmería y la SIDE apuntaron la investigación al entorno familiar. El 9 de mayo último, allanaron la casa de Fernández y González secuestrando numerosas armas, dos DNI y unas fotografías donde supuestamente se ve a un nene siendo abusado sexualmente (ver apoyo). También llegaron al domicilio de Cortese, donde encontraron a una chica que trabajaba como niñera, pero que alguna vez fue obligada a prostituir y a la que le retenían el DNI, según la investigación. Dos días después, la Policía encontró a la adolescente buscada en el Bº Cabot, Capital. La chica tenía signos de haber sido abusada o explotada sexualmente. Ella misma relató que la tenían amenazada en una casa y que sus hermanas, su cuñado y el actual prófugo pretendían venderla a otras personas de Santa Fe.
