Prisión preventiva por presunta coautoría en el secuestro extorsivo de María del Carmen López de Barceló (entre el 9 y el 13 de agosto de 2002), y también por el robo a mano armada sufrido un mes antes de ese hecho por el empresario Juan Carlos Linares, a quien una banda de encapuchados le sustrajo colchones y otras cosas usadas para equipar la casa del cautiverio. Según fuentes judiciales, esos delitos más el de encubrimiento y un embargo de 50.000 pesos, dictó el juez federal Leopoldo Rago Gallo en el procesamiento contra Sergio Alejandro Caparroz (36) el último de los sospechosos que restaba investigar por aquel sonado caso de secuestro que terminó con la víctima liberada por la policía, sin pago de rescate.
¿Qué complicó a Caparroz?. Básicamente el reconocimiento en rueda de personas que realizaron tres hombres: el dueño de una inmoviliaria, un gasista y el propietario de la casa donde la víctima estuvo cautiva a manos de tres cordobeses. Los tres testigos reconocieron a Caparroz como la persona que fue a alquilar esa vivienda y la que incluso pidió al dueño colocar una mediasombra alrededor del predio, para evitar las miradas de extraños desde el exterior.
El hecho de que fue Caparroz quien realizó el contrato de alquiler fue corroborado también por una pericia caligráfica encargada a Gendarmería, en la que se señala que es su firma y su letra la que figura en esos papeles.
Ahora, el panorama de Caparroz en el caso Barceló parece bastante sombrío porque durante el juicio al menos tres de los cinco condenados por el caso lo mencionaron como parte activa de la maniobra delictiva. Es más uno de ellos, José Luis Bravo, dijo abiertamente ante el tribunal federal local que Caparroz lo había contratado para cuidar a la víctima a cambio de 20.000 pesos aunque sólo recibió 5.000. Bravo aseguró que le constaba que Caparroz hasta realizó una llamada extorsiva desde Buenos Aires.
Cuando el sospechoso llegó al juzgado federal no dio su versión de los hechos y optó por abstenerse a declarar.
Caparroz y el cordobés Martín Luzi son los únicos que resta juzgar por el secuestro de María del Carmen López de Barceló. Pero Caparroz también debe saldar cuentas con la justicia de Entre Ríos: el 7 de enero pasado fue detenido en Paraná con un documento falsificado y 1,700 kilos de cocaína, delitos por los que ya está procesado y también espera ser juzgado.
