Un médico psiquiatra fue procesado como único presunto responsable de la trágica muerte de dos enfermos mentales que se asfixiaron durante un incendio en la Clínica Psiquiátrica Residencia Modelo, en 2011. El juez Eduardo Agudo, titular del Primer Juzgado Correccional, acusó al profesional de haber actuado con total negligencia al ordenar que los encerraran con llave en un lugar que no contaba con las medidas de seguridad para ese tipo de pacientes y no tomar los recaudos necesarios.
Edgar Nicolás Brizuela (71) quedó solo en esta causa penal. Es que si bien el juez Agudo señaló fallas en el sistema de seguridad en ese sector del edificio y cierta permisividad de todo el personal sobre los pacientes, cargó exclusivamente contra él y lo procesó (el fallo no está firme) por homicidio culposo, sin prisión preventiva y con un embargo de $160.000. En su escrito fue claro: ‘la falta de cuidado y previsión de este médico generó el escenario perfecto donde se desarrolló este hecho lamentable’ que costó las vidas a Carlos Jesús Aguilera (29) y Vicente Justo Rodolfo Vera (51) la madrugada del 8 de febrero de 2011, dentro de la habitación 8 de esa clínica mental de calle San José al 1983, en Desamparados, Capital.
Las declaraciones de los dos enfermeros que estuvieron esa noche, la jefa de enfermería, la médica que trataba a las víctimas y hasta del director, complicaron de una y otra forma al profesional ya que era el único responsable de todos los pacientes esa noche, según la investigación. Es que Brizuela estaba de guardia y fue quien ordenó encerrar a Aguilera y Vera en esa habitación, supuestamente, porque se pusieron violentos. Aguilera tenía retraso mental con síntomas psicóticos y epilepsia; Vera padecía esquizofrenia. Pero claro, la habitación adonde Brizuela los mandó a encerrar no era de contención (donde el paciente debe estar en ropa interior y sólo con una cama fija y un inodoro), sino una pieza común. El juez destacó que no dispuso que los enfermeros revisaran a los pacientes, se permitió que tuvieran cigarrillos y un encendedor, encima se puso llave a la puerta de chapa. Y pasó lo peor. El informe pericial indicó que uno de los enfermos prendió fuego o dejó una colilla de cigarrillos, desatando un incendio. La habitación, que no tenía detector de humo, fue una trampa mortal: Aguilera y Vera se asfixiaron en el baño en su intento por refugiarse, mientras que el médico y los enfermeros no pudieron apagar el fuego y tampoco abrir la puerta que estaba trabada.
